Nuestra universidad sigue siendo poco competitiva

Pese a que el Gobierno de Pedro Sánchez ha mantenido durante tres años un Ministerio de Universidades con dedicación exclusiva, que ahora se ha subsumido en el de Ciencia e Innovación, esta dedicación y gasto no se ha visto reflejados en el ranking de Shanghái, el más prestigioso sobre educación superior donde España ha perdido dos de las 38 instituciones que lográbamos clasificar entre las primeras mil del mundo. Los rectores volverán a decir que el problema es que el ranking no refleja bien las virtudes de nuestro sistema y prefiere contabilizar el número de premios Nobel entre los docentes en lugar de otros aspectos. Lo cierto es que pese a los enormes recursos que destina la sociedad española a su educación superior, no tenemos el grado de excelencia universitaria que merecen los españoles para ser profesionales competitivos en el futuro.