España como problema
El Régimen ha sacado a su rojerío de atrezo (en el Estado de Partidos, donde todo es mentira menos lo malo, derecha e izquierda sólo son atrezo), a pegar en las redes gritos nacionalistas contra Trump, cuando el presidente de los Estados Unidos se ha limitado a decir, con más salero, lo mismo que dijo Ortega con más daño para nosotros: que España era un problema, y Europa, su solución. Trump sabe que Europa sólo es la OTAN de Rutte, un sindicato de socorros mutuos cuyos socorristas lucen palmito en la playa y la pasta se la llevan los del 'military–industrial complex'.
Problema español y solución europea. De aquí salió la teoría de la España invertebrada, el ensayo más exitoso de Ortega, y el más pernicioso para la cultura política española. Después de todo, el modelo de político para su autor fue Mirabeau, un Gonzalón, pero con talento, instrucción y maneras, instalado en la revolución para hacer la contrarrevolución, y a quien Madame de Staël retrató en dos líneas: «Como tantos hombres carentes de moral, vio su interés personal en la cosa pública, pero sus previsiones se hallaban limitadas por su egoísmo».
Gustavo Bueno situó el 'problema' de la España orteguiana en «la circunstancia del 98».
—Los escolásticos descomponían el 'problema de Dios' («Dios es el problema») en dos cuestiones: «quid sit Deus?» y «ansit Deus?». Es decir: '¿Qué es Dios?' (Ortega dirá: «¡Dios mío!, ¿qué es España?»), y, antes aún: «¿Existe España?».
Ortega apoya la tesis «España es diferente». Que lo sepa Trump. Que sepa de la famosa falta de necesidades del españolejo que ya señalaba Aníbal... Un españolejo que no necesita de nada para vivir, que ni siquiera necesita vivir... Y lo que, según Bueno, Ortega viene entonces a decir es esto: Europa es el Espíritu; España, separada de Europa, aproximada a África, es la barbarie, la Naturaleza, y se declara enemigo de Zuloaga: «Sabido es que Zuloaga se ha declarado enemigo de la doctrina europeizante que defendemos algunos. Por tanto,es Zuloaga nuestro enemigo». Mas toda la culpa fue de los visigodos: «La enfermedad histórica de España es constitutiva, porque fueron los visigodos, débiles y enfermos, quienes la engendraron débil y enferma».
A ver la cara de Trump cuando Urtasun, el único ministro del Gobierno con estudios, le diga que nuestra deuda con la OTAN la reclame a los visigodos.