Las Bolsas entran en pánico tras la expansión de la guerra comercial mundial

En solo dos sesiones, las Bolsas han perdido más de 10 puntos porcentuales rematando una semana compleja que ha puesto en aviso a los inversores de todo el mundo. El principal temor que ronda en la mente del mercado es el de que la economía mundial se encamine a una recesión que nadie esperaba a estas alturas de 2025. Su esquema es aparentemente sencillo de comprender: a los aranceles de Trump le sucede la reacción del resto de actores mundiales, comenzando por China; el comercio global se restringe; los precios escalan; el consumo se resiente; y llega la desaceleración de las grandes economías. «A los inversores les preocupa cómo la reciente escalada de la guerra comercial, y las posibles escaladas futuras, afectará a las ganancias, la confianza y a los consumidores», explica Bret Kenwell, analista de Mercados en EE.UU. de eToro.

Esta sensación de desasosiego ha recorrido el resto de parqués mundiales, con pérdidas en todos los europeos (Francia se dejó un 4%, Alemania un 5% y Londres casi otro 5%), los asiáticos (Japón se desplomó un 2,7% y Corea un 2,5%). Solo bastó un Wall Street cayendo de nuevo para que el desasosiego se instalara ayer en las bolsas continentales tras una semana de infarto.

Los últimos meses de marzo y abril ya se han convertido en el punto negro para la economía después de varias crisis sucesivas germinadas precisamente en esta altura del año: en 2020, con la pandemia; en 2022, con el inicio de la guerra de Ucrania; y ahora este 2025 con un conflicto arancelario al que le quedan varios capítulos por recorrer. El más intenso se llama inestabilidad: la que provoca que las grandes compañías solo tengan en su mente la desaceleración. Por eso, la banca ha sido el epicentro de las ventas bursátiles de este viernes negro.

Las acciones de los grandes bancos españoles han visto venir un posible frenazo económico derivado de la caída de los beneficios empresariales y de algo con lo que no contaban: la aceleración de las rebajas de tipos por parte del Banco Central Europeo (BCE) para atajar la ralentización económica, que se está descontando. El buen momento que vivía el sector financiero español en la Bolsa desde principios de año, con revalorizaciones que habían engordado su valoración bursátil, ha encontrado su momento perfecto para hacer caja con ventas masivas de sus títulos.

El que peor comportamiento ha tenido este viernes fue Sabadell (-10%), seguido de Caixabank (-10%), Unicaja (-10%), Bankinter (-9%), BBVA (-9%) y Santander (-8%). Precisamente ayer la presidenta del Santander, Ana Botín, recordaba ante los accionistas de la entidad, en la junta ordinaria, que la diversificación del banco por mercados y tipo de negocios «es una enorme fortaleza» en este entorno tan complejo y un «estabilizador». La ejecutiva indicó que «es el momento de pasar a la acción» ante las amenazas derivadas de la guerra comercial mundial.

En Europa, lo peor de la jornada llegó de la mano de las grandes corporaciones exportadoras con millonarios intereses en el mercado norteamericano. Las caídas más relevantes también llegaron de la banca comunitaria –con ING, Intesa o BNP–, seguidas de industriales como Airbus, Schneider Electric, Stellantis o Siemens.

Desde Goldman Sachs reconocen que la zona euro afronta «más riesgos a la baja para el crecimiento derivados de una ralentización de la economía mundial, una escalada de las tensiones comerciales y un endurecimiento de las condiciones financieras». Además, el euro cada vez está más fuerte frente al dólar y ese factor, junto a los aranceles agresivos de china «implican riesgos a la baja para la inflación». Los inversores no descartan una ruptura de la hoja de ruta del BCE cuyo primer recorte de tipos inesperado consideran «muy probable» para la reunión del 17 de abril, con el que se llegue este año al 1,75%. Como termómetro de esa situación, el euríbor también se desplomaba ayer hasta el 2,23% frente al entorno del 2,40% en el que se movía durante las últimas semanas. Al ceder el indicador que usan la mayor parte de las hipotecas variables para revisar su cuota, se adelanta a una posible rebaja de tipos del BCE.

La incertidumbre generada por la guerra arancelaria explica también que la divisa estadounidense sufra frente a otros mercados como China. De hecho, el dólar ha llegado a su nivel más bajo desde que Trump asumió la presidencia de EE.UU. (hasta un 6% de caída en lo que va de año). Esos inversores son los que buscan activos más seguros y desvían sus inversiones hacia otras monedas y mercados, afectando negativamente el valor del dólar. A medida que el dólar cae el euro va ganado terreno. Ayer el euro se ha situó en su máximo en seis meses, situándose cerca de los 1,10 dólares.

Los economistas y expertos en finanzas ya lo habían pronosticado e, incluso, alertan que puede seguir cayendo a medida que las tensiones comerciales aumentan. Con el dólar cayendo también llega la presión inflacionaria, esto porque los productos importados a EE.UU. se encarecen. «Mientras en América el mercado parece estar anticipando una fuerte desaceleración económica, lo que lleva a una reducción de las expectativas de tipos de interés, en Europa el mercado descuenta un repunte del crecimiento y de las emisiones de deuda», comenta en su última carta a clientes Emilio Ortiz, director de Inversiones de Mutuactivos.