

¿Necesita saber qué enfermedad neurológica sufre Céline Dion? Ahí tiene su documental. ¿Le puede la curiosidad sobre cómo enfrentan Aitana o Bad Gyal sus giras y la fama? Dos documentales se lo mostrarán en los próximos meses. ¿Sabía que Lola Índigo convivió con un trastorno de conducta alimenticio? Claro, ya ha visto su documental. ¿Por qué Ana Mena va siempre acompañada de un vaso de brillos? La respuesta, en su documental. ¿Cómo le contó Miguel Bosé a su padre su bisexualidad? Al documental. Y esto podría seguir con C. Tangana, Alaska, Raphael, Jeanette, Selena Gomez, Taylor Swift,Ariana Grande, Bisbal, Joaquín Sabina, Leiva... Inserte cualquier nombre y es probable que acierte.
Porque (ahora viene una obviedad) el documental está de moda y más si es de una estrella de la música, sin importar que sea actual o pasada. Entre plataformas y cines hay más de una decena programados hasta final de año. Solo Movistar+ ha estrenado seis originales en lo que va de 2024. Los datos son esclarecedores. Pero, ¿por qué ese auge? Y, sobre todo, ¿qué subyace tras ellos? A la primera pregunta se responde con el fenómeno superfan que un informe de Goldman Sachs, recogido por este diario, cifraba en 4.200 millones de euros a nivel mundial. Y subiendo.
Ese fenómeno económico también tiene su traslación a lo íntimo. Los fans se gastan más y también demandan conocer más a fondo a sus ídolos. "Antes el artista estaba en una torre de marfil y con la llegada de las redes se ha roto esa barrera, ya no hay esa percepción de que el artista se oculta. Están mucho más abiertos a mostrarse. Robbie Williams aparece solo en calzoncillos en su cama en su documental. ¿Alguien se hubiera imaginado eso hace unos años? Era imposible", expone Alberto Ortega, la mitad de Dadá Films, que han retratado a Raphael, David Bisbal o Lola Índigo y ahora llevarán Waldo -su proyecto sobre Waldo de los Ríos- a la Seminci de Valladolid. Completa su socio Charlie Arnaiz: "La gente se ha acostumbrado a consumir la vida de sus ídolos a través del audiovisual porque las redes sociales han provocado esa conexión, y estos documentales les permiten llegar más allá".
Manu Montejo, que dirigió La niña sobre Lola Índigo, aporta la necesidad de que haya "conflictos" e "historias que funcionen dramáticamente" para que los fans puedan "empatizar" con los artistas. Una línea que siguen fehacientemente buena parte de los proyectos que en los últimos años han ido saliendo a la luz: la propia Lola Índigo reveló su TCA en La niña, su documental para Prime Vídeo; Selena Gomez, en su documental para Apple TV, diseccionaba sus problemas de salud mental; Raphael, su adicción al alcohol por el insomnio en Raphaelismo, y Céline Dion, en Prime Vídeo, que sufría el Síndrome de la Persona Rígida que la dejó sin voz. "Es verdad que el público siempre está ávido de estos productos porque la conexión con la estrella, sea cantante o futbolista, siempre ha estado y ahora se abre aún más con su vida privada", detalla Pite Piñas, directora de Alaska Revelada para Movistar+.
Probablemente el proyecto que mejor se enmarca en esta categoría es Bosé Renacido, uno de los productos estrella de la citada plataforma. Ahí se detallaban, tras sus memorias El hijo del Capitán Trueno, desde las drogas que había consumido a las relaciones sexuales que había practicado en su vida, pasando por la conversación con su padre, el torero Luis Miguel Dominguín, sobre su bisexualidad. Intimidades que durante décadas, con la ambigüedad como bandera, el artista había blindado. "Como sabía que estaba en confianza y en manos que no iban a a manipularlo ni a descontextualizar lo que estaba contando, porque somos muy amigos, se relajó y se abrió", afirma Macarena Rey, productora ejecutiva del documental y de la productora Shine Iberia. "El bum es evidente, ya pasó hace 20 años, pero ahora hay un consumo voraz de contenido alternativo a las generalistas. Estos documentales, como son un contenido tan fácil de consumir, siempre funcionan muy bien", remarca.
Pero, al margen de esa identificación con el cantante y del implícitamente humano gusto por el cotilleo, ahora volvamos a la segunda que sigue sin respuesta: ¿qué subyace tras estos documentales y estas docuseries? Pues que son los artistas quienes ahora controlan el relato y los tiempos. Lo que antes quedaba al albur de la prensa, sobre todo la rosa, lo neutralizan y lo explotan las propias estrellas. Ellas son quienes exponen, también en sus redes sociales, su vida personal, sus relaciones o sus rupturas, sus adicciones, sus enfermedades... para acercarlas a los fans. Pero desde su prisma: la «confianza» y el estar «en manos que no iban a a manipularlo» a los que hacía referencia Macarena Rey sobre Miguel Bosé. Los rumores se convierten en noticia cuando el propio protagonista los expone.
"Por mi experiencia estos documentales se hacen, según el artista, porque le viene bien económicamente, por una pura cuestión de márketing o porque realmente quieren contar algo de su vida que pueda ser catártico. Pero lo más importante ahí es que haya una historia porque sino estamos ante un panfleto marquetiniano", asegura Manu Montejo. "El artista es más vulnerable que nunca y creo que ha entendido que es mejor ser él mismo quien muestre esa vulnerabilidad directamente. El documental de Céline Dion tiene como base su enfermedad. Antes hubiera tratado de ocultarse esa situación, pero ahora la gente ha empatizado con su historia de superación", añade Charlie Arnaiz. Y cierra Pite Piñas: "Los jóvenes entienden la comunicación como algo global, eso que se llama comunicación 360, que le han dado las redes sociales. Hay muchísima comunicación en redes pero el uso de la palabra documental dignifica en muchos casos las carreras y las eleva a otra dimensión", añade Pite Piñas.
Ese es el segundo punto que aflora, especialmente entre los artistas actuales. En un mundo, ya afianzado desde hace más de una década, en el que la música en directo ha fagocitado por completo a las ventas de discos como fuente mayoritaria de ingresos, los documentales mostrando la dimensión de esas giras -Esta ambición desmedida de C. Tangana- , la tensión de los camerinos -Bisbal con el concierto del almeriense en su tierra natal por su 20 aniversario- y la preparación de los cantantes en los momentos previos a subirse al escenario -7.200 segundos de Ana Mena sobre su concierto del WiZink Center de Madrid- aún aportan un elemento de épica más a unos encuentros ya de por sí multitudinarios.
"Tengo cada vez más la sensación de que estos documentales se han convertido ya en parte de la estrategia de los artistas para posicionarse. Los cantantes viven mucho del evento y esta es una buena plataforma para generar conversación", remarca Manu Montejo. Macarena Rey añade que es con las estrellas actuales con quien "tiene más sentido" desarrollar este tipo de trabajos porque "aún les queda media vida por delante" para poder diseccionarla ante sus fans.
Y, esos fans, ¿qué reclaman de sus ídolos? Alfonso Sanz, que gestiona la cuenta de Instagram Alpha Aitana, dedicada a la cantante catalana cuyo documental se estrenará en Netflix, quiere ver "el trabajo que llevan detrás los conciertos o la composición de las canciones" y "cómo ha llevado todas las críticas por el baile de Mi amor". Aymara Guerrero y Jennifer Arencibia, al frente de Fans de Lola Índigo en la misma red social, apuestan por "la incertidumbre de saber si el concierto irá bien" y una reafirmación de "lo trabajadora y lo fiel a sí misma" que es la cantante granadina, que ya lleva dos documentales: La niña y Lola Índigo: GRX, sobre el proceso de producción de su último disco. Y el responsable del perfil Bad Gyal Notices, que prefiere mantener su anonimato, va a lo simple: "El salseo, ver su vida desde dentro de los camerinos y saber cómo es ella realmente con la gente".
"Aitana siempre ha sido muy transparente, pero creo que el documental nos va a llevar más allá en lo que es ella. Y esa es una oportunidad de que la gente la conozca un poco más. Me gusta ver cómo es la manera de conectar con los fans y ver que tiene los mismos problemas que cualquier persona", incide Alfonso Sanz. Y, Lucas Rodríguez, fan de Ana Mena, aún va un paso más allá: "Su documental es pasión y amor. Es algo muy difícil de explicar pero si digo una cosa es que es lo mejor que ha pasado en mi vida".
Para que esos documentales, con todo lo que reclaman los fans, vean la luz también se ha producido un cambio en la forma de contar, en la estructura de los proyectos y en la diversidad de los personajes. Estos van desde las principales estrellas del momento a fenómenos instantáneos que igual que aparecieron se fueron o a los grandes clásicos del panorama musical. Mientras que en los artistas actuales la apelación al fan y la identificación con su ídolo, desde una estética en muchos casos pop, es lo predominante, las «luces y las sombras» del personaje ganan peso entre figuras como Raphael, Alaska, Jeanette, Lola Flores o Miguel Bosé.
"A diferencia de la ficción, aquí no partes de un folio en blanco, no puedes inventarte una vida ni una historia, pero tienes que encontrarle un enfoque desde el que poder contarlo todo. Es verdad que muchas veces la propia realidad supera a la ficción. Tiene momentos muy álgidos. Pero no te puedes dejar llevar por eso", expone Alberto Ortega, responsable de diseccionar a Raphael, desde sus grandes giras nacionales e internacionales en los 70 a su etapa menos exitosa en los 90. "Piensa que hay que darle al play en su casa con él delante cuando se lo muestras. Eso es una sensación, eh. Hay que mostrarse equilibrado con la historia", completa su compañero Charlie Arnaiz.
En el caso de Pite Piñas, ultimando ya el estreno de Alaska Revelada en diciembre que produce Shine Iberia y que se verá en Movistar+ en diciembre, el objetivo es construir "un reflejo emocional del personaje" para que "el espectador pueda entender su camino". El de Olvido Gara se estructurará en tres conceptos: salud, dinero y amor. "Es muy fácil coger solo una parte de la vida de artistas que son tan complejos y soltarla ahí, pero nuestra misión es mostrar de la forma más respetuosa posible todo el camino vital", explica la madrileña, que también participó en el documental de Miguel Bosé pese a las reticencias del artista en un primer momento. "Fue muy difícil convencerle porque es una persona tremendamente privada, pero que decidiese abrirse en canal y contarlo todo fue una suerte", culmina Macarena Rey.
Si la vida de su ídolo aún no ha sido filmada, sucederá más pronto que tarde. No desespere.