La cuarta etapa de Caparrós en el Sevilla FC: «Es un experto en lanzar mensajes de unidad y exigencia»
Caparrós siempre se ha sabido rodear bien de sevillismo. De personas que hablan su mismo idioma pasional y futbolístico. Presume de su Sevilla y quiere tener cerca a esas mismas personas a las que le une mucho más que esa vinculación al club. Uno de sus mejores amigos es Pablo Blanco, dedicada ahora a representar al club en diferentes escenarios, siendo en muchos momentos esa cara visible y amable del Sevilla. El gran capitán sevillista de los 70 y 80 sabe cuál es la receta que piensa meterle su amigo Joaquín al equipo y así la explica en ABC de Sevilla: «Joaquín conoce a la perfección al equipo. Ha visto todos los partidos en casa, sentado a mi lado, y sabe las virtudes o defectos del equipo en general y de cada jugador en particular. Le puede aportar su experiencia en vestuarios. Saber qué tecla tocar de cada jugador para que se sienta importante. El que no juega ve una nueva oportunidad, mientras al que juega le aprieta para que dé su máximo». Ese es el Joaquín Caparrós entrenador, quien además siempre lleva ese plus de persona cercana y que hace que el jugador vaya al entrenamiento con ganas de demostrar su mejor nivel, aceptando el reto guasón y exigente de su jefe. «Es un experto en lanzar buenos mensajes de unidad y exigencia», concluye Blanco.
Dentro de las personas que estuvieron en la sala de prensa del Sánchez-Pizjuán durante la presentación oficial del nuevo técnico del Sevilla, Antoñito y Pablo Alfaro, gente importante de esa primera época de Caparrós, también entraron a valorar qué se espera de esta nueva etapa en Nervión del histórico entrenador sevillista. «Como todos bien conocemos, Joaquín es un entrenador muy cercano al jugador, habla mucho con ellos para transmitirles su sentimiento, ese que lo tiene al 200% en cada frase que dice con el escudo del Sevilla en el pecho. Eso tiene que servirle a los futbolistas para darle ese plus de enganche con la camiseta y lo que significa este escudo y el propio Joaquín Caparrós para el sevillismo», afirmaba Antoñito, quien lleva a gala también un sentimiento sevillista muy a flor de piel.
Pablo Alfaro es algo más tranquilo, mesurado, y habla desde la perspectiva de un exjugador que también ha tenido su recorrido en los banquillos, con esa gestión de grupo que en parte ha aprendido del propio Caparrós. «Dentro de las cuatro patas que tiene la gestión de un entrenador, con la táctica, técnica, física y psicológica, quedando siete partidos, Joaquín se va a centrar en el aspecto psicológico y táctico», comenzaba. «Aparte de su experiencia, Joaquín puede aportar en poder mejorar los aspectos competitivos del equipo», añadía Alfaro, quien tampoco ve dramática ahora la situación de los sevillistas: «Que el equipo compita mucho mejor, sacándole mayor rendimiento a gente que estaba desconectada de la plantilla, y que la situación no es dramática, sí difícil. No va a tener que hacer un fin de semana histórico para permanecer en Primera».
La comunión con la grada
Y es que el hecho de recurrir a Caparrós sólo deja claro que este Sevilla necesita sangre propia, de las personas que tanto sienten el escudo, como él mismo. Jesús Navas, otro de los que no se quiso perder su puesta de largo, siendo figura esencial de la historia nervionense y conociendo como pocos la actual plantilla, también quiso dejar sus impresiones: «Caparrós es entrega, trabajo, esfuerzo y dedicación. Es darlo todo. Es puro sevillismo. Va a transmitir esa experiencia y ese amor que lo une a nuestro Sevilla FC». Pablo Alfaro también incide en su relación con la grada: «En el extradeportivo, al tratarse de una figura muy admirada y respetada por el sevillismo, puede aportar cierta tregua social por el descontento que hay. Siempre que su figura se asocie a los buenos resultados, sí que puede limar un poquito ese descontento».
Por último, Carlos Marchena, quien compartiese Dirección Deportiva con Joaquín Caparrós, en un triunvirato que completaba Paco Gallardo, fue más escueto en sus impresiones, pero mucho más directo y descriptivo: «Joaquín aporta un número importante de virtudes para un equipo. Entre ellas se encuentra la confianza, la tranquilidad y el buen ambiente para el vestuario. Además, Joaquín ofrece como entrenador dinamismo a su equipo, contando igualmente con una amplia sabiduría tanto futbolística como personal». Los que mejor conocen a Joaquín cuentan como es su libreto, definido en unidad y exigencia. La cuarta de Caparrós. Nunca será la última.