Los GPS funcionarán (al fin) en los túneles de la M-30: un sistema de balizas electrónicas por bluetooth permitirá la señal en 2025

«Se ha perdido la señal GPS». Lo más probable es que la frase le resulte familiar. Pronunciada con ese tonillo del señor o señora que, a través del navegador de su vehículo o teléfono móvil, le guía hacia su destino. Pero seguro que, en algún momento de su vida, probablemente en el más inoportuno, rumbo a una cita clave, le hayan llevado los demonios al escuchar esas seis palabras tan hilvanadas. Y si, además, es de los que circula con su automóvil por alguno de túneles de la M-30, y acostumbra a usar su dispositivo para completar sin imprevistos su travesía, esa maldita frase le habrá asaltado a diario.

Sin embargo, según ha podido saber GRAN MADRID, su pesadilla, al menos en algunos rincones de las instalaciones de Madrid Calle 30, tiene los días contados. El Ayuntamiento, a través del Área de Obras y Equipamientos que encabeza Paloma García Romero, acaba de iniciar la licitación del contrato para instalar un sistema de balizas electrónicas bluetooth que zanjará esas interrupciones en la navegación guiada. El plan tiene un presupuesto base de 223.120 euros. Si nada se tuerce en esa ruta municipal, estará operativo para la próxima primavera.

En plenas bodas de oro de la gran arteria madrileña, y cuando se cumplen 17 años del estreno de aquellos primeros túneles, Madrid Calle 30 lanza un contrato de suministro e instalación de balizas de localización para solucionar esa carencia tan sorprendente en 2024 que es la imposibilidad de disponer de navegación en los corredores subterráneos. El problema a resolver, según detallan fuentes municipales, es claro: «Hay que solventar la carencia de repetidores, ya que en la actualidad sólo permite ofrecer posiciones fijas relacionadas con las posiciones de las antenas exteriores y no permite una navegación». Por eso, como tantas veces habrá escuchado: «Se ha perdido la señal GPS».

Un dispositivo GPS de un vehículo en la M-30.
Un dispositivo GPS de un vehículo en la M-30.E. M.

Hablamos de un laberinto de pasadizos en el subsuelo de la capital que cuenta con una longitud de 10 kilómetros, lo que lo convierte en la red bajo tierra más extensa de Europa y la segunda del planeta por detrás de Tokio. De ahí que el proyecto haya exigido un exhaustivo estudio para identificar la mejor solución tecnológica que responda a esas características tan particulares. Y esta consistirá en la instalación de balizas electrónicas bluetooth, a una distancia aproximada entre ellas de 20 a 40 metros. Se colocarán en los laterales del túnel a la altura de las bandejas de cables, a través de un soporte de aluminio fijado a cada bandeja.

«Las balizas emiten una señal de radio tipo bluetooth de localización que identifica cada baliza. El proceso de configuración del sistema asocia cada baliza a su ubicación en el túnel, permitiendo que los navegadores posicionen al vehículo en el mapa», detallan quienes conocen el proyecto. Una intervención que dará servicio tanto a los usuarios de la aplicación Waze como a los de Google Maps, las más utilizadas por los usuarios.

10 kilómetros de túneles

Porque por el asfalto de la M-30 también viajan puñados de conductores que no están familiarizados con esos tramos soterrados de la gran vía de circunvalación madrileña. Incluso también los hay que, estando habituados a viajar sobre ese asfalto, les pudiera resultar insuficiente la señalización a la hora de guiarse por esa maraña de carriles, ramales, accesos, incorporaciones y salidas. Si todo ese cóctel se mezclase en un solo carril podría alcanzar los 500 kilómetros de recorrido.

Uno de los túneles de la M-30.
Uno de los túneles de la M-30.AYTO. MADRID

Esta intervención, que tiene como meta la plena conectividad por GPS de los túneles de Calle 30, figuraba en el punto número 153 del programa electoral de José Luis Martínez-Almeida para las elecciones de 2023. Un epígrafe que contempla también extenderse al resto de vías subterráneas de la capital (hay 40 sin contar los 10 kilómetros de Madrid Calle 30), para lo que también han empezado a trabajar en el Área de Obras y Equipamientos, responsable de todos túneles de la capital: los de M-30 los gestiona Madrid Calle 30 y el resto, la Dirección General de Vías Públicas. En cualquier caso, el punto de partida, eso sí, será en la gran arteria de circunvalación, para la primavera de 2025.

Y arrancará allí porque circulan anualmente, según las cifras del ejercicio 2023, 374 millones de vehículos y 486 millones de personas. Son 32 millones los automóviles que pisan por la M-30 cada mes. De ahí que sea considerada la infraestructura de movilidad urbana más importante de España. Por eso, además, dispone de un Centro de control de túneles propio: cuenta con un «interfaz hombre-máquina» con 18.000 equipos y que recibe 115.000 señales. Números que llevan a considerar a este Gran Hermano como uno de los que cuenta con las mejores instalaciones del mundo.

Esos 10 kilómetros de pasadizos bajo tierra empezaron a funcionar por tramos en 2007, tras ser concebidos por Alberto Ruiz-Gallardón para dibujar esa amplia sonrisa verde que es hoy Madrid Río. No se tuvo en cuenta (eran otros tiempos) que la señal GPS para la navegación apenas encontraba fisuras por las que adentrarse entre los muros de los túneles. Un déficit, que, según parece, estará corregido en la próxima primavera.