Buscó ayuda y protección en un bar de la Avenida Cantabria, y él huyó. La joven había llegado a fotografiar a su agresor durante el ataque, lo que supuso una ayuda determinante para lograr su posterior identificación y reconocimiento fotográfico en sede policial. Tras ser detenido fue puesto a disposición de la Autoridad Judicial y quedó en libertad..
Sólo cinco días después, una policía adscrita a la propia Unidad Especializada de Atención a la Familia y Mujer y que se encontraba libre de servicio, detectó a mediodía la presencia del mismo individuo en el entorno de la Plaza España, y puso sobre aviso a sus compañeros, que se dirigieron al lugar y efectuaron de manera discreta un seguimiento del mismo.
Escasos minutos después, la empleada de un establecimiento comercial muy cercano llamaba al teléfono 091, alertando de que un varón acababa de agredirla sexualmente, abalanzándose sobre ella y tocándole sus pechos, añadiendo que se había logrado zafar de él, y que ya no estaba en la tienda.
Con los datos sobre descripción física y vestimenta aportados por la víctima en su requerimiento policial, los agentes localizaron e identificaron en las inmediaciones de la Plaza Mayor de la ciudad a este individuo, procediendo a su detención de forma inmediata. En el cacheo y registro preceptivo de este individuo le fue localizado e intervenido un cuchillo de cocina de unos 10 centímetros de hoja, que portaba oculto en su chaqueta.
Tras ser presentado de nuevo ante el Juzgado de Instrucción competente, por un nuevo delito de agresión sexual se ha decretado el ingreso del mismo en prisión provisional.