El intento de asesinato de Trump desata una oleada de teorías conspiratorias
Probablemente, el 'jumbotron' salvó la vida de Donald Trump. El 'jumbotron' es una gran pantalla de televisión que se sitúa a mucha distancia -a veces decenas de metros- del orador en un mitin, y que le permite hablar como si estuviera improvisando. Trump suele preferir el 'jumbotron' a las pantallas de vídeo situadas a ambos lados del estrado. Según el asesor de Trump Dan Scavino, esta pantalla hizo que Trump moviera la cabeza más de lo habitual, y marcó los dos centímetros de diferencia entre una herida sin consecuencias y una muerte casi segura.
Para Donald Trump, sin embargo, la explicación es otra. "Dios fue el único que evitó que sucediera la impensable. NO TEMEREMOS, sino que permaneceremos firmes en nuestra Fe y Desafiantes frente al MAL", fue el mensaje del candidato republicano en su red social Truth Social.
El mesianismo del 'post' de Trump viene avalado por el de sus seguidores. En las redes sociales se multiplican las referencias a cómo le salvó directamente una intervención divina. Trump, que ha reforzado el domino del Partido Republicano entre el voto religioso estadounidense, y ha sido comparado frecuentemente por los evangélicos con personajes del Antiguo Testamento como el Rey David -una persona con enormes defectos morales, en especial en lo relativo al sexo y a la fidelidad, pero que llevó a cabo la obra de Yavé- o Ciro de Persia que, aunque no era parte del pueblo elegido de Israel, liberó a éste de la esclavitud.
Muchos seguidores de Donald Trump, sin embargo, han dado un salto de la religión a la conspiración. Su mensaje es que el Gobierno de Joe Biden -o incluso el propio presidente- ordenó el intento de asesinato. En puridad, eso sería completamente legal, dada la novedosa doctrina del Tribunal Supremo para exculpar a Donald Trump de responsabilidad política, en virtud de la cual Biden podría haber ordenado el asesinato de su rival como parte de un acto oficial y lo hubiera encargado a la agencia del orden pertinente. Por ejemplo, es dudoso que las Fuerzas Armadas pudieran realizarlo, ya que tienen casi totalmente prohibido su despliegue en territorio estadounidense, pero las fuerzas de seguridad, como el FBI, sí podrían hacerlo.
Así, el representante republicano por Georgia Mike Collins escribió en X (la antigua Twitter) que "Joe Biden ha ordenado esto", y reclamó que el fiscal del distrito acuse formalmente a Biden por incitación al asesinato. Acusaciones similares fueron lanzadas por otros senadores y representantes republicanos, en especial aquellos que tienen más esperanzas de ser nombrados esta semana candidatos a la vicepresidencia por Trump. De éstos, solo Marco Rubio -el candidato del establishment a la vicepresidencia- no hizo declaraciones incendiarias.
El hecho de que en el atentado hubiera también un fallo de las fuerzas de seguridad ha desatado todavía más la especulación. La rumorología se ha disparado con el testimonio de un testigo que ha declarado a la BBC cómo él y un grupo de personas trataron de avisar durante varios minutos a la policía y los Servicios Secretos -que se ocupa de la protección de los mandatarios nacionales y extranjeros y de los diplomáticos en EEUU- de que había una persona con traje de camuflaje y un rifle semiautomático apostada en el tejado de una fábrica de cristal apuntando al presidente.
A eso se suma que Matthew Thomas Crook fue muerto por un francotirador inmediatamente después de disparar. Eso ha creado un paralelismo entre él y Lee Harvey Oswald, el asesino de John F. Kennedy, que murió asesinado dos días después de su arresto a manos de Jack Ruby. El hecho de que una persona del público sentada tras Trump llevaba una pancarta que decía "Rby Cute" ("Ruby es guapo") ha desatado más especulación, máxime teniendo en cuenta que los seguidores de la teoría conspiratoria QAnon, que afirman que Trump lucha contra una red de pederastas antropófagos que controla el mundo, ven al ex presidente como heredero directo del asesinado mandatario o de su hijo, John Kennedy, que murió en un accidente aéreo en 1999.
Según algunos seguidores de Trump, Kennedy 'junior' está vivo, y trabaja en secreto con Trump para acabar con esa red. En las imágenes del intento de asesinato se ve a una persona que podría ser Vicent Fusca, un atrabiliario personaje al que algunos atribuyen ser, en realidad, el hijo de Kennedy disfrazado. Con todo eso, el terreno para la conspiración está abonado. Solo falta ahora que Oliver Stone haga una película o, al menos, un documental.