El 'informe Draghi' alerta de que Europa no sabe innovar y se hace vieja: "La proporción entre trabajadores y jubilados pasará de 3:1 a 2:1"

Europa se ha quedado atrás en la carrera de la productividad y la innovación respecto a Estados Unidos y también frente a China. Y, además, se está haciendo vieja, lo que no hace más que incrementar la necesidad que aumentar la productividad de la economía europea. Esta es una realidad y uno de los grandes problemas en los que incide el esperado 'informe Draghi' y, además, una preocupación creciente en la capital comunitaria.

"Europa necesita un crecimiento más rápido de la productividad para mantener tasas de crecimiento sostenibles frente a una demografía adversa", señala el documento liderado por el ex presidente del Banco Central Europeo (BCE), ex primer ministro de Italia y una de las figuras político-económicas más respetadas en Europa.

El documento, que ha sido presentado este lunes en la Comisión Europea por el propio Draghi y la presidenta Von der Leyen, sostiene que se produce un círculo vicioso de "baja inversión y baja innovación", y expone la siguiente diferencia entre Europa y Estados: "A lo largo de las dos últimas décadas, las tres empresas estadounidenses que más han gastado en Investigación e Innovación han pasado de las industrias del automóvil y farmacéutica en la década de 2000, a las empresas de software y hardware en la de 2010, y luego al sector digital. Por el contrario, la estructura industrial de Europa ha permanecido estática, con las empresas de automoción dominando sistemáticamente el top 3".

Y sobre la evolución de la población, las previsiones son muy poco alentadoras. "De aquí a 2040, se prevé que la población activa de la UE se reduzca en cerca de dos millones de trabajadores al año", explica el informe en un punto que ha sido subrayado por el propio Draghi en la presentación. Como consecuencia, "la proporción entre trabajadores y jubilados pasará de 3:1 a 2:1".

Descarbonización

El documento también pone el foco en la necesidad de equilibrar el proceso de descarbonización con la competitividad y el crecimiento económica, y lo hace ya que considera que los ambiciosos planes europeos en este área suponen un lastre. "Europa debe enfrentarse a algunas decisiones fundamentales sobre cómo seguir su senda de descarbonización preservando al mismo tiempo la posición competitiva de su industria. Las soluciones en blanco y negro tienen pocas probabilidades de éxito en el contexto europeo", señala el texto.

Esto es, sí a la descarbonización pero de manera más pausada y equilibrada. Este es también otro de los puntos de los que más se habla en los últimos meses en Bruselas, hasta el punto de que se ha señalado que la transición verde ya no debería ser una prioridad tan marcada en este segundo mandato de Von der Leyen.

Precisamente por esto, hay voces que apuntan que la vicepresidenta Ribera y el Gobierno de Pedro Sánchez se equivocan al apostar tan fuerte por una cartera verde, ligada a la transición ecológica, ya que este punto ya no será capital en Europa. El documento liderado por Draghi y que fue encargado por la propio Von der Leyen no dice exactamente eso, pero sí evidencia que este proceso debe ser más contenido.

El coste: casi un 5% del PIB de la UE

Y para lograr todos los objetivos que se plantean en el documento, para hacer que Europa sea competitiva, verde y mantenga su Estado de Bienestar, Draghi considera que es necesaria una inversión de casi un 5% del PIB de la UE. Casi 800.000 millones de euros anuales. Unas cantidades que hacen palidecer el Plan Marshall, tal como se recoge en el texto, cuando se invirtió "entre el 1% y el 2% del PIB de los países receptores", y que se obtendrían mediante la emisión de deuda conjunta europea como ya se hizo con el Plan de Recuperación.