Alberto Garzón anuncia en una carta a la militancia que deja la dirección de Izquierda Unida

Alberto Garzón da un paso atrás definitivo. El coordinador federal de Izquierda Unida ha anunciado este viernes en una carta a la militancia que abandona la política institucional al renunciar como coordinador federal del partido, cargo al que llegó en 2016. El también ministro de Consumo en funciones, quien ya no concurrió en las listas de las generales con Sumar el pasado 23-J, terminaba su mandato al frente de IU en 2025. Garzón renuncia al puesto justo un día después de la investidura de Pedro Sánchez y con la composición del próximo Ejecutivo de coalición aún por confirmar.

“La política española pasa a una nueva fase, con un nuevo Gobierno y con muchos retos que abordar”, defiende Garzón en la misiva a la que ha tenido acceso EL PAÍS. El ministro justifica que con este cambio quiere “completar el paso al lado” que anunció hace unos meses. “No solo cederé el testigo dentro del Consejo de Ministros, sino que también cesaré mi responsabilidad como coordinador de Izquierda Unida. Se trata de una decisión muy meditada y que formaba parte de la hoja de ruta que personalmente asumí hace tiempo. He esperado a este momento para sincronizar mi decisión final con el cambio de fase política”, explica.

El político y economista, quien se dio a conocer en las plazas del 15-M y sucedió a Cayo Lara al frente del partido, trasladó la decisión de manera formal a la ejecutiva de IU en una reunión celebrada la semana pasada. Garzón (Logroño, 38 años) llegó por primera vez al Congreso de los Diputados tras las elecciones de noviembre de 2011, que, en plena crisis económica, dieron la mayoría absoluta al PP. Se convirtió entonces en el parlamentario más joven de la Cámara baja. En junio de 2016 accedió a la coordinación de Izquierda Unida, pero ya antes, Cayo Lara le había cedido el puesto como candidato a la Presidencia del Gobierno en las generales de 2015. La formación tan solo logró en aquellos comicios dos diputados frente a los 69 de Podemos, y tras un complejo debate interno, ambos partidos decidieron ir juntos en las siguientes elecciones. “Sin las movilizaciones del 15-M y sin la ruptura del tradicional sistema de partidos en 2014, las cosas hubieran sido muy distintas. Aquellos acontecimientos pusieron a IU en un inmenso aprieto, porque nuestra fuerza política encarnaba en gran medida los valores y principios que querían abrirse paso en nuestra sociedad, sobre todo en las generaciones más jóvenes, pero no éramos nosotros como fuerza política quienes rentabilizábamos electoralmente esas nuevas aspiraciones”, relata en su carta en alusión a Podemos.

El ministro sostiene que Izquierda Unida está hoy “no sólo consolidada, sino que es una fuerza con un capital político imprescindible” para el futuro del país, comparando la situación actual con la de hace una década. El máximo responsable de la organización considera que su partido es una “herramienta fundamental” para “ensamblar el “tan complejo ecosistema de fuerzas de izquierdas” y lanza una advertencia: “Ojalá todas estas fuerzas no olviden en lo venidero la importancia de una unidad bien construida. Y, a ser posible, tejida sobre la fraternidad y no sobre la simple y bruta correlación de fuerzas”.

En junio de este año, en plenas conversaciones para elaborar las listas de Sumar, Garzón anunció que no repetiría como diputado, con lo que comenzaba un proceso de retirada escalonado. Entre los motivos esgrimidos entonces estaba el de la necesaria renovación de los cargos públicos, pero también el componente personal, con su deseo de conciliar más, algo en lo que ahonda de nuevo en la carta. “Me encuentro muy contento al dar este paso y por poder dedicar más tiempo a cuidar a mi familia y a mis hijas. Como dije hace unos meses, ellas han sufrido más que nadie mis desasosiegos y penas, mis ausencias continuadas y mi irritabilidad estacional”.

Pese a haber vivido momentos “muy difíciles” al frente de la organización, el político se dice “orgulloso” del trabajo realizado. “IU había vivido en su historia demasiadas disputas fratricidas, y uno de mis objetivos ha sido siempre preservar la paz interna sobre la base del respeto mutuo”, señala.

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En el Gobierno de coalición, Garzón ha estado al frente el Ministerio de Consumo y aunque se trata de un departamento con competencias limitadas, ha sido objeto de críticas al protagonizar algunos de los debates más polémicos de estos años: el consumo de carne, el modelo de producción de las macrogranjas o la publicidad en torno a los juguetes. Desde el arranque del proceso de Sumar, tanto el dirigente como su partido han respaldado el proyecto de Yolanda Díaz y en medio de las tensiones de la vicepresidente segunda con Podemos, ha permanecido como uno de sus socios más fieles. Sin embargo, la configuración de las listas del 23-J (IU no obtuvo un puesto de salida en Madrid) o el reparto de portavocías en el grupo parlamentario (que ha dejado sin voz a la formación) han provocado alguna crítica explicitada en sus informes políticos. Si finalmente se confirma el reparto de ministerios negociado entre la plataforma de Díaz y el PSOE, Sira Rego, número dos de la organización, ocupará la cartera de Infancia y Juventud, dando continuidad a la presencia del partido en la coalición. El aún ministro se despide con la convicción de que seguirá haciendo política, pero desde la “humilde y necesaria trinchera que ofrece el militante de base”, afirma.

Garzón recibe la cartera de Consumo de la ministra saliente, María Luisa Carcedo, en enero de 2020.
Garzón recibe la cartera de Consumo de la ministra saliente, María Luisa Carcedo, en enero de 2020.Paco Campos (EFE)