Mal funcionamiento en la Ley de la Cadena Alimentaria

La Ley de la Cadena Alimentaria (LCA), aprobada en 2013 por el Gobierno de Mariano Rajoy y reformada más tarde por el de Pedro Sánchez, muestra síntomas de mal funcionamiento en aspecto esenciales. Por ejemplo, no está sirviendo para evitar la venta por debajo de coste que fue una de las modificaciones sustanciales que introdujo el ministro Luis Planas. En el sector creen que el problema es que la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA) es un león sin dientes, que no puede imponer sanciones relevantes. Otros, sin embargo, piensan que la norma tiene un problema de planteamiento y no puede coexistir con un sistema de libre mercado donde los productores necesitan flexibilidad para adaptarse a las cambiantes condiciones en que desarrollan su tarea. Al final, las normas siempre atacan lo más obvio, que son los precios y los volúmenes, y se ignoran otros factores igual de decisivos en el resultado final, como la elevada fragmentación del sector.