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La Comisión Europea avanzó, en una reunión en el Parlamento Europeo el pasado miércoles, los últimos avances de las investigaciones a Aliexpress y Shein, que ya tienen bastante recorrido. La de Temu, por otra parte, sigue en fase preliminar, pero los representantes de la Comisión aseguran darle «máxima prioridad».
El Reglamento de Servicios Digitales (en inglés Digital Services Act, DSA), la ley que aplica en estos casos, fue aprobado por la Unión Europea en octubre de 2022. El 17 de febrero de 2024, el Reglamento obtuvo plena fuerza de aplicación, pasando a ser vinculante para la totalidad de las plataformas en línea que operan en la Unión Europea. Hasta entonces, las reglas del DSA solo eran obligatorias para aquellas plataformas que contasen con más de 45 millones de usuarios en la Unión Europea, un 10% de la población de la Unión.
El caso de Aliexpress es el que más recorrido tiene hasta el momento. En marzo de 2024, la Comisión Europea abrió una investigación al gigante chino por el incumplimiento de las normas digitales del bloque. El brazo ejecutivo de la Unión sospechaba, ya entonces, que Aliexpress había incumplido la legislación comunitaria en varios sentidos: venta de productos ilegales, en ocasiones escudados tras anuncios falsos; lagunas en la transparencia de la compañía o imposibilidad de rastrear a los vendedores ilegales.
Sin embargo, Aliexpress ya ha emprendido acciones para subsanar los incumplimientos. De hecho, una parte de la investigación ya ha sido cerrada, debido a que la compañía se comprometió a adoptar una serie de medidas para remediar el incumplimiento de la ley.
Sin embargo, los cargos más graves, los que acusan al gigante de mantener en su plataforma productos ilegales, siguen sin solucionarse. El pasado 18 de junio la Comisión emitió un dictamen preliminar advirtiendo a Aliexpress de la falta de efectividad de las medidas interpuestas. Por tanto, a pesar de que Aliexpress parece haber demostrado una actitud cooperativa, dista mucho de estar fuera de peligro.
La investigación a Shein se encuentra aún en fase preliminar, pero la Comisión le achacha infracciones muy similares a las atribuidas a Aliexpress: venta de productos ilegales, protección de menores en línea, deficiencias en el diseño de sus notificaciones o la posibilidad de que el diseño de su interfaz sea «adictivo«, entre otros cargos.
Es importante remarcar que el modelo con el que opera Shein es híbrido: en la mayor parte de los casos, actúa como retailer, es decir, vendedor directo. Sin embargo, en un número más aislado de casos Shein opera como intermediario entre los vendedores y los clientes, ofreciendo productos externos en su portal web. En la mayoría de estos casos es cuando surge el problema, al igual que con Aliexpress, en cuanto a los productos ilegales, que proceden de vendedores externos cuya identificación y rastreo resulta difícil.
La Comisión, a través de la CPC (Consumer Protection Cooperation Network, es decir la Red de Cooperación para la Protección del Consumidor), ha identificado que Shein ha infringido cuatro cuerpos normativos comunitarios: la Directiva sobre Prácticas Desleales, la Directiva de los Derechos del Consumidor, la Directiva de Indicación de Precios y la Directiva de Comercio Electrónico.
Al igual que en el caso de Aliexpress, la Comisión ha requerido a la compañía que adopte una serie de compromisos. Según Angelo Grieco, uno de los oficiales de la Comisión implicados en la investigación, que compareció en el Parlamento Europeo el pasado miércoles, se espera que la respuesta de Shein llegue alrededor del 11 de julio.
En caso de que los compromisos adoptados por Shein sean suficientes para la Comisión, la investigación será cerrada en parte, pero entrará en una fase de supervisión para monitorizar que estos se mantengan en el tiempo. En caso contrario, si las promesas no son consideradas como satisfactorias, la Comisión tiene entonces competencias para imponer sanciones a la compañía, con cuantías que pueden ascender hasta el 4% de la facturación anual de Shein, cuyo valor se estima que oscila en torno a los 50.000 millones de dólares.