La UCO concluye que Aldama y Rivas lideraron en «simbiosis» un fraude de 182 millones con hidrocarburos
Destaca que sin los contactos del comisionista y la experiencia del empresario, la organización «no tendría capacidad»
A lo largo de estas pesquisas, y a diferencia de lo que ocurrió con el caso Koldo, las escuchas telefónicas que puso en marcha la UCO con autorización del juez Santiago Pedraz no dieron el resultado esperado. A menudo observaban a los investigados hablar por teléfono sin conseguir captar ninguna señal. El sumario refleja que tomaban medidas de seguridad, desde conducir en círculos hasta ocultar dispositivos informáticos en los coches, y, por descontado, hablar por aplicaciones de comunicación segura, como Signal, que no utilizan la red convencional.
Aún así, algunas llamadas sí fueron intervenidas, como la de Claudio Rivas, la persona supuestamente oculta tras la operadora Villafuel y una lista de sociedades interpuestas que hacían de suministradoras sin pagar el IVA, con un colega que trabaja en banca y al que le quedan tres años para la jubilación. «Se jacta de haber obtenido el título de operador con otras de la mercantiles controladas por él, manifestando claramente su intención de proseguir con su actividad presuntamente fraudulenta, llegándole incuso a ofrecer trabajo en este tipo de actividades al otro interlocutor», refleja la UCO. «Te vienes conmigo que te podrías jubilar de puta madre«, le dice.
A su hermana, Maria Luisa Rivas, la UCO la sitúa en el papel de subdirectora y cara visible del holding. Los investigadores han concluido que estaba organizando un sistema de fiducias para «limpiar» su entramado empresarial y asegurar fondos en lugares como Luxemburgo o Suiza. Es ella a quien escuchan los investigadores decir a otra persona: «Al comienzo del trabajo con Villafuel, hay cosas que se hacen bien, cosas que se mejora, situaciones que se producen y situaciones que seguimos adelante», hablar de «facturación a lo loco» o sentenciar: «Aquí nos movemos en líneas rojas constantemente».
También la que habla de que tiene una «estructura» detrás que le da tranquilidad y que parece que ha pagado 9.000 euros para que le hagan la declaración de la renta pero en realidad, sería el precio que le había costado una sociedad fuera de España. «Es plenamente consciente de la operativa irregular de la operadora Villafuel, de la operativa comercial mantenida con las suministradoras y, por lo tanto, de que la operativa desarrollada por la presunta organización criminal investigada habría derivado en la comisión del fraude«, dice uno de los atestados.
Lo que sí parece un hecho acreditado ya es que manejaban ingentes cantidades de dinero por el negocio, que arrancó en septiembre de 2022 cuando Villafuel consiguió la licencia de operadora de hidrocarburos, según la Guardia Civil, sin cumplir realmente los requisitos. La mecánica que describen los investigadores consistía en controlar las empresas suministradoras, que no pagaban el IVA y así, vendían a comercializadoras y gasolineras a precio mucho más bajo.
Se explica así que, como revela el expediente de la licencia que concedió el Ministerio de Transición Ecológica, sucesivamente se fueran reajustando las previsiones de venta de Villafuel porque rebasaban todos los cálculos. En 16 meses facturaron más de 800 millones de euros. En 2023 repartieron 3,3 millones de euros en dividendos, condonando una deuda con una de las empresas intermediarias mediante una finca.
En cuanto a Aldama, una de sus trabajadoras declaró como testigo ante la UCO que conoció contratos con varias de esas sociedades suministradoras por importes «altísimos, todos ellos de más de un millón de euros, firmados anualmente, siendo alguno de ellos prorrogados durante más tiempo«. »Este tipo de contratos con empresas vinculadas al sector de hidrocarburos nunca había sido realizado con anterioridad hasta donde alcanza su conocimiento, siendo el sector para el que habitualmente se desarrollaba el sector inmobiliario», señaló. Para los investigadores, es un indicio de que tenía relación con la licencia de Villafuel. Constan dos de estos contratos por importe superior a 4 millones de euros.
Parte de las ganancias acababa en fincas, como reflejan los atestados. Sólo a Rivas se le relaciona con la compra de 157 parcelas en Las Rozas, municipio de la Comunidad de Madrid, pues así se lo comunicó a una persona de un banco por teléfono el pasado septiembre -«no es moco de pavo», diría a otro interlocutor-, así como una finca en Mora (Toledo) y otra en Villaviciosa de Odón cuyas titularidades ostentaría, según la UCO, de forma «velada». También otra más en un pueblo de Cáceres que tiene bautizada como «Matasanos».
«Posee a través de empresas y personas físicas interpuestas numerosas propiedades que hasta el momento no ha podido ser determinada en su totalidad, dada la compleja red de personas utilizadas para velar su patrimonio y su estructura empresarial», aseguran.
En «Matasanos», la UCO sospechaba que «esconde dinero en efectivo en el interior del armero», puesto que Rivas emplea «gran cantidad de efectivo». Consta una llamada del pasado agosto con su mujer, en la que ella le reprocha que «se ha equivocado haciendo los paquetes, que los ha hecho de 500 euros o de 1.000 euros» y a resultas, he hecho un ingreso incorrecto en la cuenta. Había clasificado mal »los putos de 20« (euros).