Un soltero se queda en 'shock' al descubrir una información impactante sobre su cita: «Tú eres la otra»
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Dicharachero y con buen rollo contagioso, el joven provocó las carcajadas con sus muchas ocurrencias no solo de Carlos Sobera y a su equipo, sino también a los espectadores. «Hablo cuatro idiomas: chino, español, inglés y tonterías», le explicó a un Sobera que no podía parar de reír.
Wen se mostró entusiasmado de vivir en España. «Me encanta vuestro país, vuestra cultura.. Y tenéis muchos festivos», comentó en los totales. Desde Madrid llegó también Paula (26), psicóloga y opositora. De primeras, al joven su cita le pareció guapa y destacó que tenía los ojos bastante grandes, aunque piensa que «cualquier española los tiene más grandes que un chinito», bromeó. Paula, por su parte, tuvo la sensación de que se lo iba a pasar genial durante la cena. Y no se equivocó.
Para romper el hielo, los solteros departieron sobre sus aficiones, como el baile, el piano o los viajes. Además, Wen quiso saber si Paula era madrileña de nacimiento. «¿No lo aparento?», señaló ella. Pero el taiwanés reconoció que a duras penas distingue el andaluz de otros acentos en castellano, e ídem para el aspecto. «Para mí físicamente todos los españoles son iguales, como vosotros tampoco podéis diferenciar a un japonés de un coreano, solo pensáis que somos todos chinitos», se sinceró el chef.
Avanzada la velada, entraron en el tema de las relaciones. Un aspecto en el que Paula dejó alucinado a Wen al contarle que no había tenido jamás pareja; nunca encontró la persona adecuada, pues siempre se ha fijado en un patrón de chico un poco tóxico. Su cita quedó muy sorprendido, como confesó ante las cámaras del programa. «Cuando estaba en Taiwán yo escuchaba que Europa es más abierta y todo el mundo folla y tiene sexo. No es como en Asia, que solo estudiamos y somos unos empollones. Ha roto este estereotipo».
De hecho, se estaba leyendo un libro titulado 'Cómo conseguir una novia', lo que a su pretendienta le llamó mucho la atención. Por lo que contó Wen, en Oriente las relaciones van más despacio que en Occidente. «En Taiwán al principio se conoce el corazón o su mente. No tocamos, no besamos hasta que seamos pareja. Si ella dice sí, entonces hacemos la cosa de pareja: cogernos la mano, besarnos… Y después de algunos meses, follamos. Antes no».
Sin embargo, a Paula saber eso no le hizo tanta gracia como las ocurrencias de Wen. Ahí surgió el gran escollo entre ellos: la chica, más pasional, no quería ir tan despacio en esos aspectos. En ese momento empezó a verlo como un amigo, más que como una posible pareja. Y por mucho que él le propuso intentar cambiar la velocidad para que le diera una oportunidad, la soltera sintió por su parte una falta de química.