Muere el diseñador y empresario Roberto Cavalli a los 83 años

El diseñador de moda Roberto Cavalli, quien convirtió el estampado animal en una de las señas de identidad de su casa, ha fallecido en Florencia a la edad de 83 años tras una larga enfermedad. Como ha explicado la prensa italiana, a su lado en sus últimas horas ha estado la que fue su pareja en lo últimos quince años, la modelo de 38 años Sandra Nilsson, con quien residía en una isla privada en Suecia. Deja seis hijos, incluido el más pequeño, Giorgio, de poco más de un año.

Nacido en el seno de una familia aristocrática florentina, Cavalli intentó seguir los pasos de su abuelo pintor, empezando sus estudios en la escuela de arte de su ciudad natal pero muy pronto se dio cuenta de que su verdadera vocación era la moda y a los treinta años fundó su propia firma, a la que dio su nombre. Eran los años setenta y entonces sus colecciones se caracterizaban por el uso de bordado y pieles. No fue hasta los años noventa cuando el creador encontró el que sería su verdadero filón: el imaginario lujoso de las damas más sofisticadas y atrevidas de las clases altas. Sus largos vestidos con transparencias y generosos escotes y sus estampados inspirados en el mundo felino se convirtieron en un referente entre la jet-set internacional: sus creaciones eran el fondo de armario de las mujeres que frecuentaban yates y se movían de fiesta en fiesta. De esa manera, su firma se convirtió en sinónimo de buena vida y ostentación justo en el momento en el que las celebrities internacionales ya no eran solo actrices o mujeres de magnates sino también modelos o grandes empresarias.

Su éxito y reconocimiento global le permitió crear en 1998 una línea de difusión con precios más asequibles llamada Just Cavalli, que gozó igualmente de buena acogida. Sus prendas no eran solo ropa, sino también una filosofía de vida. Eso le permitió firmar acuerdos con firma de bajo coste como H&M, para la que creó una colección. Su incursión en la cultura popular también la ejemplifica el hecho de que diseñara el vestuario de la gira de regreso a los escenarios de las Spice Girls, en 2007.

Roberto Cavalli vendió su firma en 2015, al fondo de inversión italiano Clessidra. La empresa fue entonces sometida a un plan de reestructuración que pasó por la contratación del noruego Peter Dundas como director creativo. Él no renunció a la idea de glamour y espectacularidad del fundador. Las grandes estrellas del pop continuaron siendo su clientela más fiel y en su debut fueron las supermodelos momento quienes lucieron sus diseños. Sin embargo, apenas duró un año y medio en el cargo, pues no consiguió cubrir las altas expectativas comerciales que los nuevos propietarios de la enseña tenían en proyecto. El diseñador Peter Surridge asumió la dirección creativa de la firma en 2017. Tampoco él consiguió revivir éxitos pasados.

Ha sido Fausto Puglisi, quien tomó la batuta de la casa en 2020 y presentó su primera colección en 2021 el que ha conseguido revivir el legado de un creador inconfundible. El siciliano, quien empezó con una marca propia y dio el salto al olimpo de los grandes diseñadores al frente de Ungaro, ha logrado llevar el imaginario creado por el recién fallecido a la generación Z. Este año, sin ir más lejos, una de las grandes estrellas de su desfile en Milán fue la cantante española Aitana, quien apareció con un sugerente vestido de tirantes dorado totalmente fiel al imaginario visual del fundador. El legado de Roberto Cavalli sigue vivo.