Tres carreras y tres podios de un Sainz estelar en otra victoria de Verstappen

Sainz está en racha, lo siente él y lo perciben todos sus colegas de profesión después de haber recibido condolencias por las malas noticias. La contratación de Hamilton que lo deja en el desempleo, la operación de apendicitis que lo apartó de Arabia, la incertidumbre de su futuro en la F1...

En vez de lamentarlo, Sainz ha reaccionado con voz alta. Lo hace en su última temporada en Ferrari, cuando lo tiene perdido, un gran piloto sin coche, tal vez debió sacar el diente mucho antes. Pero todo lo que perpetra este año, le sale de fábula.

Carlos Sainz está por encima del rendimiento de su compañero Leclerc, la teórica estrella del equipo, más marketing, tal vez más glamour, más reconocimiento de los hinchas italianos que llevan décadas y siglos apoyando a Ferrari como si fuese la selección nacional de F1.

El madrileño se beneficia del monoplaza que Ferrari ha puesto a su servicio. Un coche que no desgasta los neumáticos como el año pasado, cuando las últimas vueltas de cada rueda eran un suplicio. El Ferrari cumple y Sainz lo da todo como si la F1 se acabase mañana.

En esta reivindicación perpetua, tres carreras, tres podios, el español se ha quitado la carbonilla y ataca, muestra el diente, piensa en su resultado más que en el equipo que ya le dio de lado. Y por ahí salen ganando el piloto y la escudería.

Suzuka deparó una carrera muy táctica, gobernada por las estrategias, tirando al aburrimiento por el sinfín de paradas y neumáticos en juego, catenaccio futbolero con 0-0 en el marcador. Se escapó Verstappen y la televisión no le volvió a enfocar hasta la última vuelta.

Hubo doble salida por un accidente inicial de Albon y Ricciardo y la degradación de las ruedas marcó el devenir de la prueba. La gestión de los neumáticos será la clave para definir resultados, pero es tediosa para los aficionados.

El desenlace fue mucho más interesante que el proceso hasta las últimas vueltas, siempre al mando Verstappen y su compañero de Red Bull Checo Pérez. El mexicano se muestra este año mucho más sólido que el anterior y ocupa el lugar que le corresponde, segundo en Japón, en la pole, en el Mundial, en todo.