El PP de Baleares acusa a Armengol de hacer un 'fiscal general' con los mensajes con Koldo: «La verdad no se borra cambiando de móvil»

Mayte Amorós

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Francina Armengol no ha conseguido disipar las dudas que la rodean en el 'caso Koldo'. Su comparecencia ante la Comisión de Investigación del Senado este martes ha intensificado las críticas del Partido Popular de Baleares, que la acusa de ocultar información relevante y de maquillar su implicación en la gestión de contratos públicos durante la pandemia. Para los populares, sus explicaciones estuvieron llenas de vacíos, evasivas y «silencios calculados», que dibujan el perfil de una política «acorralada» por los hechos.

Desde el PP insisten en que la ex presidenta de Baleares no fue una espectadora pasiva de la presunta trama corrupta que operó bajo el paraguas del Ministerio de Transportes, sino una «actriz principal» de una trama dedicada a «trapichear con mascarillas». «O lo cuenta todo, o lo acabará contando la UCO», advierten, en una ofensiva que anticipa nuevas presiones parlamentarias y judiciales.

Uno de los elementos más controvertidos de la comparecencia ha sido que la presidenta del Congreso admitiera que cambió de teléfono móvil para justificar que no conserva los mensajes que intercambió con Koldo García, el exasesor del Ministerio de Transportes implicado en la trama. Unos mensajes -recabados por la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO)- que muestran la cercanía con la que la trataba el ex asesor de José Luis Ábalos, que se ofrecía a mantenerla informada «de todo» e incluso le pedía reunirse en persona.

«Ha querido eliminar el rastro»

El PP considera grave que no es una casualidad sino una estrategia de ocultación que la socialista cambiara de móvil y no conservara esos mensajes: «Ha querido eliminar el rastro». Marí Bosó ha ido más allá y ha situado esta práctica dentro de una «cadena de opacidad» que va «desde el Fiscal General hasta Francina Armengol», refiriéndose al borrado de datos del móvil de Álvaro García Ortiz.

Jerez y Marí Bosó han insistido en que esta actitud evasiva no es nueva, ya que Armengol negó inicialmente conocer a Víctor de Aldama, empresario vinculado al caso, y posteriormente reconoció haber mantenido una reunión con él que no aparecía en su agenda oficial. Según los populares, esa cita coincidió con la tramitación del rescate público a Air Europa. «Primero dijo que no le conocía. Hoy confiesa una reunión. Lo que no nos ha contado son los acuerdos a los que llegaron en esa cita clandestina», han señalado.

El silencio de Sánchez

Los parlamentarios también han recordado que, durante el mandato de Armengol como presidenta del Gobierno balear, se adquirieron mascarillas por valor de 3,7 millones de euros a Soluciones de Gestión, una empresa vinculada a la trama investigada. El material resultó ser defectuoso, nunca se utilizó, caducó almacenado y no se reclamó a la empresa ni se exigieron responsabilidades hasta que perdió las elecciones. «Francina Armengol encargó el material, lo pagó, supo que era defectuoso, no hizo nada durante años, y luego lo certificaron como válido. No fue una omisión administrativa, sino una acción deliberada», han denunciado.

Tampoco ha pasado desapercibido para el PP el silencio del presidente del Gobierno. Armengol reconoció que Pedro Sánchez nunca le pidió explicaciones por su relación con Koldo García ni por las adjudicaciones relacionadas con la trama, pese a estar bajo investigación judicial. Además, durante su comparecencia, la presidenta del Congreso se negó con su silencio a poner la «mano en el fuego» por la limpieza financiera de su partido. «Defendió a Santos Cerdán, y hoy Santos Cerdán vive en Soto del Real. Sabe que no puede poner la mano en el fuego por ningún compañero porque es consciente de que la profundidad de la corrupción en el PSOE es inescrutable».

El PP balear asegura que la comparecencia de Armengol no ha cerrado ninguna puerta y avisa de que seguirá exigiendo explicaciones y responsabilidades políticas. No descarta, incluso, solicitar una nueva citación: «Hoy hemos visto a una Francina Armengol atrapada en sus contradicciones, en el cambio de móvil, en el borrado de mensajes e intentando encadenar un relato inverosímil. Pero la verdad no se borra. Al final, la verdad también acaba por imponerse».

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