Y por qué resulta más económico es la pregunta que se hace todo el mundo. «El límite en el precio del gas permite que hasta el día de hoy se disfruten de costos inferiores a los de la gasolina. A pesar del aumento derivado de la Guerra de Ucrania, su tarifa sigue siendo más asequible«, explica Montero.
Además de la gran ventaja que supone para el bolsillo de los conductores, el GLP ofrece muchas más ventajas. Entre ellas, su menor impacto ambiental debido a emisiones más limpias, lo que contribuye a la reducción de la contaminación atmosférica, y ofrece la posibilidad de obtener la etiqueta ECO de la DGT, con todos los beneficios asociados a esta clasificación.
A esta lista, se suma el aumento de la autonomía del automóvil, ya que el vehículo consumirá previamente el combustible GLP, y, en el momento en que se agote, siempre va a tener el apoyo de un depósito de gasolina que permitiría repostar en cualquier gasolinera.
Sin embargo, Montero apunta que «la reducción del espacio del maletero y la necesidad de un mayor consumo para lograr la misma potencia que un vehículo de gasolina, así como la falta de gasolineras que ofrezcan GLP, son algunos de los inconvenientes a tener en cuenta».
Por ello, para aquellos que estén pensando en la adaptación de sus vehículos al gas licuado, el experto advierte que «antes de hacer la adaptación del vehículo, se deberán tener en cuenta las circunstancias económicas del momento, ya que una diferencia no muy significativa del precio entre el GLP y la gasolina puede poner en entredicho la inversión».