Crisis de los agricultores: El Gobierno francés apunta a la competencia desleal de países como España o Italia
En un intento por desactivar la crisis desatada por los agricultores, que llevan 10 días de protestas y que quieren bloquear París este lunes, el Gobierno francés ha asumido sus argumentos y ha criticado la "competencia desleal" de países como Italia o España. ""Vamos a seguir avanzando para luchar contra la competencia desleal. A nuestros agricultores se les imponen reglas que a otros no", dijo este domingo el primer ministro, Gabriel Attal, nombrado en el cargo hace apenas unas semanas y que afronta su primera crisis.
Attal ha reconocido que las medidas que anunció hace dos días para tratar de calmar la ira del campo "han sido insuficientes" y dice que habrá más en los próximos días. En concreto, prometió una simplificación de los procesos burocráticos que tienen que pasar los productores y también la supresión de la tasa sobre el gasóleo que utilizan los tractores.
No ha sido suficiente. Los agricultores denuncian que las normas fitosanitarias son más estrictas en Francia que en otros países, como España o Italia, por lo que su producto está sometido a unas reglas de calidad más extrictas (y costosas) que el producto extranjero, lo que consideran que es competencia desleal.
En los últimos días se han bloqueado carreteras en 85 regiones y algunos de los productores han tirado el contenido de camiones extranjeros en el sur del país, como medida de protesta. Attal ha dicho hoy que propondrá a los socios comunitarios "más medidas" para proteger "la soberanía alimentaria francesa".
"Soberanía francesa"
Este es un concepto al que recurre mucho el Gobierno francés, pero también la extrema derecha de Marine Le Pen, que reclama que se impida la entrada de producto extranjero y la salida de los acuerdos de libre comercio. En una entrevista al canal BFM, el ministro de Agricultura, Marc Fesneau, descartó "un cierre de fronteras" para productos españoles o italianos, como había pedido Le Pen, pues Francia importa, pero también exporta a otros países.
Advirtió también a los productores que bloquear París puede hacer que el movimiento deje de tener el apoyo popular. Los productores pretenden paralizar con sus tractores los accesos a París desde este lunes y "de manera indeterminada" si no se les da soluciones. El ministro del Interior, Gérald Darmanin, ha convocado una reunión este domingo para planificar un dispositivo de seguridad y tratar de evitarlo.
Desde el principio de la protesta el Gobierno no ha querido enviar efectivos policiales para contener la protesta, al considerar que de momento está siendo pacífica. Sí se han registrado algunos episodios de violencia, como la quema de algunos edificios, pero, en realidad, contener la protesta podría tener un efecto contrario, y encender más la llama.
El Gobierno quiere evitar una crisis como la de los chalecos amarillos, que empezó como una reivindicación por la subida del precio de la gasolina y acabó paralizando el país y con mucha violencia. No sólo Attal ha acudido al terreno para tratar de calmar a los agricultores. Marine Le Pen se ha reunido con productores en el norte del país, donde ha aprovechado para recordar que los argumentos de los trabajadores "son los mismos" que lleva reclamando su partido. En junio hay elecciones europeas y su formación encabeza los sondeos.
Le Pen ha pedido defender "nuestra soberanía y la seguridad alimentaria", "Hay que aplicar lo que Reagrupamiento Nacional pide desde hace años", ha dicho la política, que ha criticado los acuerdos de libre comercio que permiten importar "producciones que no están sometidos a las mismas reglas". "Hemos impuesto normas muy severas, frente a las importaciones que no respetan esas mismas normas", ha dicho Le Pen.
Si los principales sindicatos agrícolas se disponen a paralizar París este lunes a partir de mediodía, otra organización, Coordinación Rural, aseguró que viajarán a la capital para bloquear el mercado internacional de Rungis (afueras), considerado el mayor de productos frescos en el mundo.