Filmin busca comprador: la plataforma de 'streaming' española está a la venta
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El trío de estrellas, representantes del cine de los años 70 y 80 y del brazo más conservador de la industria, son conocidos por haber ido a contracorriente de sus compañeros de gremio en los últimos años, posicionándose a favor del candidato republicano y no de Obama, Biden ni Harris.
«Es un honor para mí anunciar a Jon Voight, Mel Gibson y Sylvester Stallone como embajadores especiales en un lugar grandioso pero muy problemático: Hollywood, California», ha escrito Trump en su platadorma, Truth Social. «Serán mis enviados especiales para que Hollywood, que ha perdido mucho negocio en los últimos cuatro años en países extranjeros, vuelva a ser más grande, mejor y más fuerte que nunca».
«Estas tres personas muy talentosas serán mis ojos y oídos, y haré lo que me sugieran. Será de nuevo, como los propios Estados Unidos de América, ¡la Edad de Oro de Hollywood!», añadió el presidente electo.
Stallone, que recientemente llamó a Trump el «segundo George Washington» y defiende que el republicano es una «criatura mítica», es una de las mayores estrellas del cine de las últimas décadas, gracias a éxitos como 'Rocky', 'Rambo', 'Cobra, el brazo fuerte de la ley' o 'Tango y Cash', que lo establecieron como un icono de las películas de acción y el prototipo de personaje masculino. Es, junto a Harrison Ford, el único actor que ha protagonizado números uno de taquilla en seis décadas distintas. A lo largo de los años ha apoyado a distintos candidatos demócratas y republicanos, y está a favor del control de las armas. Stallone se convirtió al catolicismo en 2006, a los 60 años.
Gibson, por su parte, ha tenido tanta fama actuando ('Mad Max', 'Arma letal') como dirigiendo ('La Pasión de Cristo', 'Hasta el último hombre'). Su largometraje más recordado quizás sea 'Braveheart', Oscar a la Mejor Película en 1995. El neoyorquino fue un pionero en esto de posicionarse en contra del 'establishment', llamando «oportunista» a Bill Clinton cuando llegó a la Casa Blanca, oponiéndose a las pruebas nucleares de Jacques Chirac o criticando la participación de EE.UU. en la Guerra en Irak. A lo largo de los años, ha protagonizado no pocas polémicas tras hacer comentarios en público que algunos grupos de activistas han calificado como racistas, homófobos o misóginos.
Voight, padre de Angelina Jolie, es otra de esas viejas glorias que no se muerden la lengua. Ganador de un Oscar por 'El regreso', otros de sus papeles más célebres son en 'Cowboy de medianoche', 'El tren del infierno', 'El campeón' o 'Heat'. A sus 86 años, ha visto pasar a unos cuantos demócratas y republicanos por la Casa Blanca, y sus afinidades han ido evolucionando. En su día apoyó a John F. Kennedy o George McGovern, y se posicionó en contra del conflicto en Corea. Sus iniciales tendencias izquierdistas lo acercaron a Jane Fonda o Leonard Bernstein, especialmente tras el derrocamiento de Pinochet. Todo esto, sin embargo, ha cambiado en los últimos 15 años.
Desde entonces, ha sido crítico con las ideas marxistas, con los gobiernos de Biden y Obama (una persona que, según él, «desmoralizaría al país y ayudaría a crear un Estados Unidos socialista») y ha apoyado las candidaturas de Romney y Trump, participando incluso en la toma de posesión del segundo en enero de 2017. «Dios ha respondido a nuestra plegarias», dijo entonces. Más tarde aseguró que era «el mejor presidente desde Lincoln».
Tras la victoria de Biden, Voight defendió el relato del fraude electoral y afirmó que aquello era «la lucha más grande desde la Guerra Civil», pues era «la batalla de la Justicia contra Satanás». Sobre Israel, el actor ha asegurado que está decepcionado con las posiciones de su hija, Angelina Jolie, afirmando que está «mal informada» después de que esta pidiera un alto el fuego en Gaza. Voight destacó el derecho de Israel a proteger a su pueblo y de defender la Tierra Santa y la historia de los judíos.