Inflexión en Oriente Medio>
A todo esto hay que añadir las operaciones de Israel en Gaza, aunque, sin duda, la acción más inquietante ha sido el asesinato en Beirut de uno de los máximos dirigentes de Hamás, Saleh Al Aruri, un hombre que era, sobre todo, el enlace de Hamás con Hezbolá, el partido-milicia que Irán controla en el Líbano. Aunque Hamás, el Líbano y hasta algunos diplomáticos de EE.UU. han señalado a Israel como autores de su muerte, ha llamado la atención el mutismo del gobierno de Netanyahu que normalmente no tiene problemas en jactarse de sus represalias.
A la vista de estos antecedentes, no es difícil pensar que el conflicto de Gaza se está moviendo lenta, pero invariablemente, hacia un punto de inflexión. Los últimos hechos llevan a pensar en el riesgo de una extensión de la violencia. Este temor está detrás de la gira que el secretario de Estado de EE.UU., Anthony Blinken, ha comenzado el jueves en Turquía. Los objetivos de esta visita, según el Departamento de Estado, pasan por abordar los esfuerzos para incrementar la ayuda humanitaria en Gaza, trabajar en la liberación de los rehenes israelíes y mejorar la seguridad de los civiles. Pero Blinken lleva una agenda paralela, consistente en reforzar el mensaje que le dejó a Netanyahu a finales de diciembre: que el tiempo para seguir operando sin restricciones en Gaza se ha agotado. El secretario de Estado habló entonces de un mes de plazo, en unas declaraciones que fueron poco difundidas, pero que Netanyahu contestó desafiante diciendo que la guerra durará «muchos meses más».
El primer ministro israelí sabe que el cheque en blanco que los aliados le extendieron tras los traumáticos atentados del 7 de octubre se ha agotado ante el nivel de muerte y destrucción que ha impuesto estos meses en Gaza. Washington ha combinado un amplio respaldo hacia Israel que se manifiesta en gestos –Biden ha sido el primer presidente estadounidense que ha visitado el país en tiempos de guerra– pero también en acciones concretas como el rechazo a las repetidas peticiones de alto el fuego que se han llevado al Consejo de Seguridad, con una intensa presión para que Netanyahu ponga un límite a la ocupación de Gaza. El inicio de la campaña electoral en EE.UU. y la eventual politización del apoyo a Israel hace que el margen de maniobra se esté reduciendo y eso explica que el Ministerio de Defensa israelí haya adelantado ya que en las próximas semanas habrá cambios de fondo en su manera de operar en la franja de Gaza.