Dani Alves, a juicio: se sienta en el banquillo de los acusados y se enfrenta a una pena de 12 años de cárcel por agresión sexual

Dani Alves ya está ante el juez acusado de agresión sexual a una joven de 23 años en la discoteca Sutton de Barcelona la noche del 30 al 31 de diciembre. La vista oral, que ha arrancado este lunes pocos minutos después de las 10.30, se alargará hasta el miércoles y el ex futbolista se enfrenta a una pena de entre 9 y 12 años de cárcel.

El brasileño ha sido trasladado por un furgón de los Mossos d'Esquadra desde la cárcel de Brians 2 -donde ingresó el 20 de enero de 2023- hasta la sede de la Audiencia de Barcelona. Un trayecto de unos 45 minutos entre la celda del módulo 13 hasta el centro de la capital catalana.

Sin embargo, en ningún momento se ha visto entrar al ex futbolista al interior del Palacio de Justicia -no ha subido por la escalinata ni ha entrado por la puerta principal- y el furgón ha accedido directamente por el acceso trasero.

Tras unos minutos en los calabozos del Palacio de Justicia, los Mossos han llevado a Alves hasta la sala de juicio siguiendo un recorrido distinto al habitual para los presos enjuiciados en este tribunal y esquivando a la prensa.

Ha sido ya en el interior de la sala cuando los medios gráficos han podido captar las primeras imágenes del brasileño. Alves ha reaparecido vestido con una camisa blanca, unos tejanos y unas zapatillas de deporte también de color blanco. Hasta el Palacio de Justicia se han acercado su madre y su hermano, además del equipo de abogados de la familia.

La primera sesión del juicio ha arrancado con el trámite de alegaciones previas, que permite que acusaciones y defensas planteen ante el tribunal las alegaciones y peticiones de última hora que consideren oportunas, desde el orden de las declaraciones hasta las peticiones de nulidad del proceso de instrucción.

Agentes de los Mossos d'Esquadra de la Unidad Central de Agresiones Sexuales (Ucas) han acompañado a la víctima y la atenderán durante su declaración, prevista para este lunes 5 de febrero a puerta cerrada.

Tras un año y 15 días en prisión preventiva en Brians, el brasileño llega a juicio después de haber cambiado hasta cinco veces de versión: ha pasado de defender que no conocía de nada a la víctima a alegar que las relaciones fueron consentidas, que había bebido más de la cuenta esa noche y que no era consciente de sus actos, ya que estaba "gravemente perjudicado por el consumo de alcohol".

Su abogada Inés Guardiola -relevó al mediático Cristóbal Martell y emprendió un nuevo giro en la defensa- pide la absolución de Alves. No obstante, también añade en su escrito que el ex futbolista se encontraba ebrio cuando invitó a la víctima y a sus dos amigas al reservado de la discoteca Sutton. Una variable importante en la estrategia ya que, de considerarse probado, podría suponerle un atenuante en la condena.