

Los problemas de salud mental son una realidad en las aulas españolas, tanto que más de nueve de cada diez profesores aseguran que este tipo de diagnóstico está aumentando notablemente entre el alumnado. Sin embargo, más de la mitad de los docentes -53%- reconoce que en su centro no hay protocolos de prevención, detección y formación sobre salud mental y, pese a que existe una necesidad patente, la figura de la enfermera escolar solo está presente en uno de cada cinco colegios e institutos.
Son las conclusiones que se desprenden del estudio 'Diagnóstico de la salud mental en las aulas', presentado este martes por el sindicato de enfermería, SATSE, y el del profesorado, ANPE, en el que ponen de manifiesto que el 85% de las enfermeras escolares trata a algún estudiante con un diagnóstico de salud mental, mientras en los centros en los que no existe esta figura son los docentes quienes deben asumir esta responsabilidad. "Se ven obligados a afrontar situaciones para las que no han sido formados y sobre las que la Administración no ha fijado unas pautas", denuncia Francisco Venzalá, presidente de ANPE, que considera "esencial" la presencia de una enfermera en colegios e institutos. Una opinión con la que coincide el 70% de padres y madres, que opina que debe ser personal sanitario el que se encargue de tratar los problemas de salud mental del alumnado.
"Las enfermeras escolares cuentan con una preparación que no tiene el profesorado para abordar la diversidad de realidades que se da en los centros", ha añadido Venzalá en declaraciones a EL MUNDO, respaldando la opinión mayoritaria de los docentes, pues el 97% considera necesario que los centros cuenten con un profesional especializado en cuestiones sanitarias. Según recoge el estudio, en siete de cada diez ocasiones los profesores tienen que ayudar a alumnos con problemas de salud mental "sin contar con ningún tipo de asesoramiento o coordinación con un profesional sanitario cualificado".
Las patologías observadas entre los estudiantes abarcan un amplio abanico, siendo el TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad) el más común: el 81% de las enfermeras escolares trata a alumnos con este diagnóstico. Además, dos de cada tres sanitarios trabajan con estudiantes que sufren ansiedad, y también dos de cada tres reconocen que ha habido casos de autolesiones e intentos de suicidio en su centro. La presidenta de SATSE, Laura Villaseñor, ha hecho hincapié en la alarma que recoge este dato, para añadir que los intentos autolíticos entre menores de 18 años se han multiplicado por 26 en los últimos 10 años, siendo el suicidio la cuarta causa de muerte entre estos jóvenes.
En caso de emergencia vital inminente llame directamente al teléfono de emergencias 112.
-Si tiene ideación suicida 024
- Teléfono de la Esperanza: 717.003.717.
-Teléfono/Chat ANAR de Ayuda a Niños/as y Adolescentes 900 20 20 10
Asimismo, otras patologías como los trastornos del espectro autista (65% de las enfermeras trata estos casos), los trastornos del comportamiento (57%), los de la conducta alimentaria o TCAs (47%) y la depresión (40%) también han registrado un alarmante aumento en los últimos años. "Ante esta realidad, la enfermera escolar es una figura decisiva y una necesidad reclamada por toda la comunidad educativa", ha apuntado Villaseñor, que considera que los docentes "no tienen por qué porque asumir estos casos porque no tienen seguridad jurídica para ello".
"No se puede pedir al profesorado que además de impartir el currículum y gestionar toda su burocracia, trate también los problemas de salud mental del alumnado; cada uno tiene que hacer lo que está preparado para hacer", ha añadido la presidenta de SATSE, para matizar que solo el 40% de los docentes españoles ha realizado cursos de formación sobre bienestar emocional. Además, según recoge el estudio, los problemas de salud mental son también una realidad entre el profesorado, especialmente motivados por la burocracia, el exceso de alumnado, los problemas de convivencia, la escasez de recursos y unas responsabilidades inabarcables. Sin embargo, el 90% de los docentes señala que la Administración no les ofrece recursos o programas de apoyo para gestionar su bienestar emocional, y solo el 43% de las enfermeras escolares realiza algún tipo de atención al profesorado.