El Gobierno de Michel Barnier sortea la primera moción de censura

El primer ministro francés, Michel Barnier, y su nuevo Gobierno han sorteado este martes su primer obstáculo, que recuerda su fragilidad y de quién depende su supervivencia. Hace justo una semana Barnier se estrenaba en la Asamblea y presentaba su hoja de ruta. Hoy se enfrentaba a su primera moción de censura. Presentada por la izquierda, y apoyada por la mayoría de los 192 diputados del Nuevo Frente Popular (bloque que aúna a la izquierda radical de La Francia Insumisa y a socialistas, ecologistas y comunistas), no ha salido adelante por la falta de apoyo de Reagrupamiento Nacional (RN), el partido de extrema derecha de Marine Le Pen.

La moción ha logrado sólo 197 votos sobre los 289 que hubiera requerido para salir adelante y tumbar al Gobierno. Para prosperar, necesitaba sus apoyos (tienen 142 diputados), pero Marine Le Pen ya ha advertido que, de momento, no va votar una moción contra el nuevo Gobierno. Olivier Faure, líder del Partido Socialista y encargado de presentar la propuesta ante el Parlamento, ha denunciado "un golpe electoral", tras el nombramiento de Barnier después de las elecciones legislativas celebradas en julio.

En esta cita electoral, convocada de manera anticipada por Emmanuel Macron, el bloque de izquierda obtuvo la mayoría (192 escaños), aunque el partido de Marine Le Pen fue el más votado (142 diputados). Barnier, que es consciente de que depende de estos dos bloques, ha formado un Gobierno con macronistas y diputados del partido conservador de Los Republicanos. La izquierda le ha recordado este martes que en el Parlamento "no existe una mayoría absoluta".

"No hay mayoría absoluta para nadie. Hay mayorías relativas. Esta ha sido la elección del pueblo francés. Y entre las mayorías relativas, lo que constato es que la que acompaña al Gobierno es hoy la menos relativa", le ha dicho a Faure. "No puede ignorar la violencia de este giro democrático", le había dicho el socialista, que ha criticado que "la derecha francesa prefiera el apoyo de RN a hacer la menor concesión de progreso social".

En el debate, unos y otros se han echado la culpa de la inestabilidad que vive Francia: La extrema derecha, macronistas y republicanos han reprochado a la izquierda "que contribuya al desequilibrio", en palabras de Pierre Cazeneuve (partido de Macron), y al revés, este bloque acusa a Macron de haberle dado a Le Pen la llave para decidir.

Barnier sabía que contaba con esta moción, pero también que no iba a salir adelante. Apenas unas semanas después de haberse formado el Gobierno, crece el malestar dentro del ala macronista que lo conforma por las propuestas económicas de Barnier, detalladas la semana pasada en su discurso de política general. Las divergencias en algunas de las medidas, sobre todo la idea de subir impuestos, algo a lo que se ha negado Emmanuel Macron desde su llegada al Elíseo, ya están provocando división en el nuevo Ejecutivo.

Este jueves se presentan los presupuestos, que será otra de las pruebas para Barnier, pues contemplan medidas controvertidas. Antes de la votación en el Parlamento, Barnier se ha reunido con los diputados macronistas, en un encuentro que ha sido tenso por los citados desacuerdos, no sólo con las cuentas del año que viene, que contemplan importantes recortes (40.000 millones de euros más otros 20.000 en subidas de impuestos), sino también por el polémico ministro del Interior, Bruno Retailleau.

Él mismo ha introducido el debate con un recuerdo a las víctimas de los atentados de Hamas del 7 de octubre y ha dicho que hay una explosión de actos antisemitista. "Nunca un Gobierno tendrá menos tolerancia con respecto a estos actos". Es el personaje más incómodo del Gobierno, por sus posiciones respecto a la inmigración.

Que RN deje caer al Gobierno puede ser cuestión de tiempo. Guillaume Bigot, diputado de la formación liderada por Le Pen, ha asegurado durante el debate que RN "está deseando votar a favor de la censura (...) no tendrá reparos en votar mañana, pero no será hoy". "La censura es un acto grave (...) No vamos a censurar por censurar", ha dicho.