Uno x uno del Real Madrid - Barcelona: Lucas Vázquez, el puñal de Ancelotti para atar un campeonato>

Estos han sido los jugadores utilizados tanto por Ancelotti como por Xavi Hernández en este encuentro, correspondiente a la jornada 32 del campeonato nacional de Liga.

Inseguro desde el inicio, con el pie y también por alto. Falló en el córner que propició el 0-1. Como a sus defensas, se le vio incómodo en los saques de esquina y las acciones a balón parado. No estuvo acertado tampoco en el despeje del 1-2, una noche gris del ucraniano.

Fue un puñal. Muy ofensivo, generó muchos muchas problemas a Cancelo con sus llegadas a la línea de fondo. En una de ellas dejó retratado al portugués para acabar provocando el penalti de Cubarsí que dio origen al 1-1. Incansable, ofreció un excelente partido rematado con el segundo tanto de los suyos y la asistencia a Bellingham en el 3-2. Una noche brillante.

Volvió al centro de la zaga y de nuevo cumplió. Bien en las ayudas con Rudiger, secaron a Lewandowski.

No se impuso en los balones colgados al área, pero no desentonó. Bien en su duelo personal con Lewandowski, en el que salió ganador. Acelerado en algunas acciones, se durmió en el 1-2, cuando Fermín estuvo más rápido que él para aprovecharse del despeje de Lunin.

Ancelotti apostó por él como lateral zurdo y Lamine Yamal le dio la noche con sus incursiones y velocidad. Sufrió mucho en defensa y aportó poco ofensivamente. Amonestado a la media de hora, una tarjeta que le condicionó aún más. Ancelotti le mandó al banquillo después del 1-2, una jugada que nació por su banda.

Incansable una noche más, volvió a ser el pulmón del Real Madrid. No tuvo tanta llegada al área como en otras noches. Un jugador que nunca decepciona.

Actuación discreta del alemán, que se fue diluyendo con el paso de los minutos. Christensen le ganó por alto en el segundo palo en el cabezazo del 0-1. Más desaparecido que de costumbre, no estuvo tan lúcido como en otras citas y fue sustituido a falta de veinte minutos para el final.

Seguro con el balón, con alguna pérdida innecesaria, volvió a formar pareja con Kroos en la medular. Dinámico, tuvo llegada al área y realizó el único disparo del conjunto blanco en la primera parte, al margen del gol de Vinicius de penalti.

Poco participativo en el primer acto porque el inglés tuvo poco contacto con el balón. Estuvo más activo y entonado tras el descanso. Probó a Ter Stegen con un disparo lejano y acabó siendo decisivo marcando el tanto del triunfo. Un gol para atar una Liga. Su tanto número 17 en el campeonato.

Su movilidad inquietó a los centrales azulgranas, pero no tuvo ocasiones para poner a prueba a Ter Stegen. Pudo marcar en un pase de Vinicius al filo del descanso, pero Christensen estuvo más rápido que él. Sustituido en la segunda mitad

Se ofreció, corrió y lo intentó en el primer acto, pero estuvo bien tapado por Koundé y Araujo. Asumió la responsabilidad en el penalti y no defraudó. Gran pase a Lucas Vázquez en el 2-2, se creció tras el descanso, aunque el gran desgaste que realizó provocó que Ancelotti le diera descanso a falta de diez minutos.

Taponó mejor que Camavinga a Lamine Yamal. Decisivo en un dentro del área cuando Fermín se quedaba solo en el mano a mano ante Lunin

Poca aportación ofensiva.

Cumplió cuando entró en el partido. Su mayor aportación, 15 minutos, desde que volviera de su lesión.

Sin trascendencia.

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Muy bien con el pie, fue un jugador de campo más en la salida del balón desde campo propio. El Madrid solo le probó en una ocasión en el primer acto con un disparo lejano de Modric y respondió con seguridad. No pudo hacer nada en los goles. Con 2-2 salvó al Barça en una rápida contra de Vinicius.

Muy atento para tapar e incomodar a Vinicius, al que apenas hizo concesiones en el primer. Se las tuvo con el brasileño.

Bien en las ayudas a Koundé, incomodó a los defensores blancos en los saques de esquina de su equipo.

Se precipitó al ir al suelo en la jugada del penalti a Lucas Vázquez, un estreno amargo en su primer clásico a pesar de que no se intimidó en un escenario como el Bernabéu. No se arrugó y mostró mucha solvencia con el balón. Vio la amarilla en la recta final por agarrar a Bellingham para evitar una contra.

La pieza defensiva más débil del Barça. El Madrid se dio cuenta rápido de ello y volcó sus ataques por la banda del luso, que apenas aportó ofensivamente. Lucas Vázquez se aprovechó de la debilidad del luso en la acción de su gol.

Cómodo en su reconversión como centrocampista, aunque en el juego de espaldas se le vieron las costuras. Poderoso por alto, abrió el marcador de cabeza. Sustituido al descanso.

Muy mala suerte del neerlandés, que justo antes del descanso tenía que ser retirado en camilla tras un lance con Valverde en un balón dividido que le dejó tocado el tobillo derecho, el mismo que tantos problemas le ha dado esta temporada. Hasta entonces había estado seguro desahogando el centro del campo azulgrana.

Peligroso en las acciones a balón parado, pero no tuvo mucha participación en el juego de su equipo. No desentonó, pero no lució.

Gran primera parte del canterano, el mejor de su equipo antes del descanso. Fue una tortura para Camavinga y estuvo cerca del gol con un remate en un córner que Lunin salvó sobre la línea. Vertical e incisivo, aprovechó su primera titularidad ante el Madrid. Por su madurez, nadie diría que aún tiene 16 años.

Muy participativo en la primera parte, el brasileño se movió por todo el frente del ataque de su equipo aunque le faltó peligrosidad en las llegadas al área. Incansable en su trabajo ofensivo y en las ayudas defensivas, fue sustituido a la hora de juego.

Espeso en el juego de espaldas, le costó mucho darse la vuelta para encarar. Bien atado en corto por Rudiger, se fue a la hora de juego sin poner a prueba a Lunin. Pasó desapercibido.

Aún muy lejos de su mejor versión.

Aportó más mordiente a su equipo y tuvo el premio del gol.

Perdonó el 1-2 en una contra que acabó en un mano a mano ante Lunin. El árbitro, sin embargo, pitaba posteriormente fuera de juego en el inicio de esa jugada.

Nula participación del portugués en el juego de su equipo.