Trump y Von der Leyen pactan aranceles del 15% para Europa
La UE comprará más gas y armas a EE.UU. y aumentará sus inversiones para evitar la guerra comercial
Con excepcional franqueza, François Bayrou, primer ministro del Gobierno, con Emmanuel Macron como jefe del Estado, ha reaccionado a última hora de la mañana de este lunes en estos términos: «Es un día muy sombrío, cuando una alianza de pueblos libres, para afirmar sus valores y defender sus intereses, acepta la sumisión».
Bayrou, centrista de origen demócrata cristiano, famoso por su prudencia verbal, habla de «alianza de pueblos libres» que ha aceptado la «sumisión» al antiguo aliado estratégico, EE.UU., convertido en un «predador comercial» contra los exportadores europeos. La reacción de Bayrou se inscribe en un arco iris, del gris oscuro al negro azabache, gubernamental y empresarial.
Laurent Saint-Martin, ministro delegado del Comercio Exterior, insiste en la gravedad trágica del acuerdo, con semejante franqueza brutal: «EE.UU. ha decidido imponer por la fuerza una nueva ley de la jungla». Terminología que parece anunciar inquietantes acontecimientos graves, por venir.
Benjamin Haddad, ministro delegado para Europa, parece lanzar una invitación a la revuelta contra el acuerdo negociado por la presidenta de la Comisión: «Si los europeos no despiertan, las dificultades actuales parecen muy relativas cuando se comience a cobrar conciencia de la gravedad de la deserción en curso».
La rapidez, serena pero muy firme, de las reacciones francesas confirma desavenencias de fondo y gran calado, dentro de la UE, amenazando con abrir una nueva brecha de tensiones estratégicas con los EE.UU. de Trump.
Prudente, Emmanuel Macron ha dejado que su jefe de Gobierno y varios de sus ministros comiencen por lanzar la ofensiva francesa, a la espera de reacciones de los principales aliados europeos, Alemania, el Reino Unido e Italia.
Palestina, Ucrania y el futuro de la Alianza Atlántica han agravado divisiones y tensiones de fondo, tácticas y estratégicas entre los miembros de la UE. Hasta hoy, ante los EE. UU. de Trump, Londres, Berlín y Roma han decidido adoptar un «perfil bajo», «negociador» y «conciliador». Consciente de esa división, que enfrenta a otros miembros de la UE, París había decidido evitar el agravamiento de tensiones y visiones enfrentadas.
Pero, ante el acuerdo de los aranceles del 15 %, la Francia de Macron ha decidido abrir un debate estratégico para el futuro de Europa, de alcance y consecuencias imprevisibles.