La malaria se hace resistente al fármaco más eficaz en África
Esta situación podría empeorar dramáticamente el impacto de la malaria si los medicamentos asociados fallan en el futuro.
Durante 2022 se contabilizaron casi 250 millones de casos de malaria en el mundo, cantidad que superaba el número de casos anuales registrados antes de la pandemia de Covid-19, unos 233 millones. Además del fenómeno climático otros factores como la resistencia a medicamentos o las crisis humanitarias también han contribuido al aumento de infecciones.
El informe subraya la importancia del cambio climático en la propagación de esta enfermedad debido a que el mosquito anopheles, que transmite el parásito que causa la malaria en humanos, modifica su comportamiento frente a eventos climáticos extremos como pueden ser las olas de calor o las inundaciones.
«El cambio climático amenaza directamente a la propagación de la malaria, sobre todo en las regiones más vulnerables, y sería necesario tomar decisiones que contribuyan a ralentizar el aumento global de las temperaturas», afirmó, en la presentación del informe, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
La malaria es una enfermedad que tiene una estrecha relación con la evolución climática porque es muy sensible a las variaciones meteorológicas que provocan aumentos de temperatura, de lluvia o humedad. Se prevé que en las zonas más húmedas los mosquitos, vectores de la enfermedad, prosperarán mientras que en las más secas tenderán a desaparecer.
Según el informe, el cambio climático podría provocar un aumento de los casos de malaria en el mundo. Para evitarlo habría que aumentar las inversiones en las zonas rurales y mejorar la distribución de medicamentos. Los expertos calculan que para luchar contra esta enfermedad se necesitan 7,8 mil millones de dólares anuales. En 2022 se invirtieron 3,7 mil millones.
Financiar las intervenciones, que pueden controlar y eliminar la malaria, distribuyendo mosquiteras impregnadas con insecticida, vacunas, tratamientos preventivos para mujeres y niños, mejorar el diagnóstico o la vigilancia ayudan a enfrentar las amenazas biológicas que plantea esta enfermedad, uno de los principales retos de salud pública.
Aunque se han realizado progresos considerables, en los últimos años se ha invertido menos en la vigilancia y en el análisis de datos por este motivo en los próximos años habrá que aumentar la inversión en salud y en el tratamiento de datos meteorológicos, para ayudar a preparar frente a fenómenos climáticos extremos, recomienda el estudio.
Desde el año 2000 se han invertido en el mundo más de 50 mil millones de dólares en la lucha contra la malaria, cantidad que ha contribuido a evitar 12 millones de muertes y 2 billones de casos de infección. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos, los expertos señalan que aún queda mucho por hacer para controlar y eliminar del planeta esta enfermedad.