Mónica García, sobre la nueva ley de alcohol: «No existe una dosis buena, y mucho menos para los menores»

Porque, a pesar de que habrá sanciones y multas, el objetivo «fundamental» es concienciar de lo peligrosa que es la ingesta de alcohol en edades tempranas, cuando el organismo es más vulnerable. «Ya existe evidencia científica sobre ello, y lo que es evidencia nosotros lo hacemos ley», ha expresado Mónica García en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.

«No existe una dosis buena, y mucho menos para los menores», ha continuado la ministra, que también ha querido incidir en que cada vez consumen más y mucho más temprano alcohol. «De media, empiezan a beber a los 14 años. El 76% lo ha hecho este último año, el 56% este mes y el 28% de manera intensiva. Pero lo más grave es el 92% de los menores, que afirma tener un acceso libre al alcohol», ha explicado la ministra, que ha advertido a su vez que son cifras «muy por encima» del resto de países de nuestro entorno.

La ministra ha hecho referencia a las "evidencias internacionales", como el caso de Islandia, que pasó de ser uno de los países de Europa con mayor incidencia del consumo de drogas entre los jóvenes a finales de los noventa a situarse a la cola. En menos de 20 años, el país escandinavo se convirtió en un modelo a seguir. Además, ha querido incidir en que el enfoque de esta normativa es "educativo y no punitivo".

"No ponemos el foco en los menores, sino en el entorno y las condiciones que pueden ayudar a prevenir el consumo de alcohol. Por eso, instamos a las administraciones locales a que fomenten un entorno de ocio saludable para los más jóvenes", ha expresado García. Ahora, la normativa deberá volver al Consejo de Ministros tras su tramitación en las Cortes.

Sobre los cambios que propone esta norma legislativa, la ley cuenta con medidas para restringir la publicidad, comercialización y venta de productos alcohólicos a menores de edad, pero también a adultos. Por ejemplo, se prohíbe su venta en colegios y centros deportivos, como ya ocurre con el tabaco.

También restringe que se publicite el "consumo moderado", así como mensajes que hagan alusión a que beber mejora del rendimiento físico, el éxito social o sexual. Para los menores que consuman alcohol habrá sanciones y multas, aunque se prevé que puedan cambiarlas por programas y cursos de sensibilización.

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