Un experto de la Universidad de Córdoba, sobre el virus de Nilo: «Las medidas preventivas deberían aplicarse antes»
Según explica Ignacio García Bocanegra, catedratico de la Universidad de Córdoba responsable de Grupo de Investigación en Sanidad Animal y Zoonosis, y miembro de la Unidad de Investigación Competitiva Enzoem, «la razón de una mayor presencia del vector transmisor no es otra que la climatología, que este año ha sido muy particular, con abundantes lluvias durante la primavera y altas temperaturas. Era esperable que hubiera un repunte, al igual que sucedió en 2020, cuando hubo 77 infectados y ocho muertos», explica.
No obstante, «algo que suele suceder es que las medidas preventivas se aplican tarde; deberían tomarse antes, no cuando ya tenemos los casos y el virus circulando», señala el experto. La campaña está activa en Alcaracejos, Peñarroya, Montalbán, Córdoba capital, Puente Genil, Palma del Río, Fernán Núñez, Aguilar y Lucena, localidadesa a las que se suma La Rambla.
La infección por el VNO es una zoonosis transmitida por mosquitos del género Culex (perexiguus, pipiens -el mosquito común-, modestus y laticinctus). Suelen proliferar, según explica García Bocanegra, desde finales de verano a principios de invierno y las hembras pueden poner desde 50 a 200 huevos. «Las zonas en las que crian son aguas estancadas con cierta materia orgánica: maceteros, cubos o la goma de las ruedas de los coches», indica el catedrático, que apunta que «lleva circulando en España desde 2010, cuando se detectaron los primeros casos clínicos».
El virus se transmite entre las aves (córvidos y anátidas, sobre todo) a través de la picadura de mosquitos infectados siendo éste su ciclo natural. «Si el vector pica a un humano o a otros mamíferos, como los caballos, pueden infectarse, pero no transmitir la enfermedad, salvo por trasplante de órganos y por transfusión sanguínea».
Evitar realizar actividades al aire libre durante las horas cercanas al amanecer y posteriores al atardecer, cuando los mosquitos pican más.
Utilización de repelentes de uso tópico (también en la ropa) y ambientales. La Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica recomienda aquellos a base de DEET u otros con principios activos como Icaridina, IR3535® y citrodiol.
Ropa clara que cubra la mayor parte de la piel.
Mosquiteras en puertas y ventanas de los domicilios.
Evitar las acumulaciones de agua peridomésticas (jardines, macetas, útiles etc.).
No obstante, «el 80 por ciento de las infecciones son asintomáticas: es decir, a 8 de cada 10 personas infectadas no les pasa nada, desarrollan anticuerpos y ni siquiera se percatan de que han sido contagiados. Un 20% pueden manifestar algunos síntomas parecidos a los de la gripe, como dolor de cabeza o muscular, pero poco más. Y hay un 1% de infectados, que pertenecen a grupos de riesgo como personas mayores o inmunodeprimidos, que sí desarrollan una enfermedad de tipo nerviosa, que provoca problemas neurológicos graves, e incluso la muerte», señala el investigador de la UCO.
Lapso vital de los mosquitos
La especie de mosquitos que más transmite el virus del Nilo vive unas dos o tres semanas. «Y en ese periodo, tiene que picar a un ave infectada. Una vez contagiado, el vector lo transmite a sus larvas».
Este catedrático vaticina que los tratamientos para prevenir y erradicar a los mosquitos que transmiten este virus «van a tener que implementarse, porque cada vez va a más».
El nivel de densidad de especies potencialmente transmisoras en una zona se corresponden con una escala de valores de número de hembras de mosquitos potencialmente transmisoras capturadas. Tiene cuatro grados. El más peligroso sería el cuarto, con la detección superior a mil mosquitos. En Córdoba, Montalbán ha estado en grado 2 y Puente Genil, en el 1.