Cómo fortalecer una relación de pareja en cuatro pasos

Ana Lucas, psicóloga y directora de Psico-Salud, señala que «las vacaciones permiten recuperar o reparar lo necesario en la pareja. Pasamos tiempo juntos, lo que nos proporciona una visión clara de la comunicación, convivencia y estilo de la relación. Es una oportunidad para evaluarla, resolver diferencias y encontrar puntos en común».

La experta enfatiza: «Si las vacaciones en pareja no funcionan, la relación podría necesitar atención. No obstante, los periodos de descanso no deben ser momentos de conflicto y ruptura sino la oportunidades para recuperar y fortalecer la pareja».

¿Cómo lograr una verdadera reconexión con tu pareja? Estos consejos de la experta pueden ayudar:

  • Planificar el tiempo juntos. Ya sea en vacaciones, escapadas o en la rutina diaria, es fundamental decidir conjuntamente cómo compartir el tiempo, asegurando espacios para ambos.

  • Reservar tiempo para uno mismo. Aunque las vacaciones en pareja son para disfrutarse mutuamente, también es importante reservar momentos para la reflexión y el descanso individual.

  • Gestionar las expectativas. Para parejas con hijos, las vacaciones con niños pueden añadir estrés. Es crucial manejar las rutinas y encontrar momentos de relajación, a veces apoyándose en amigos o familiares con hijos, para permitir que los padres tengan tiempo a solas.

  • Comunicación. Durante y tras las vacaciones, después de compartir tanto tiempo juntos, es fundamental dialogar, compartir aspiraciones y reflexionar sobre el futuro en pareja.

¿Por qué se desgastan?

La realidad es que después de un periodo vacacional, algunas parejas pueden sentirse un poco más desgastadas, y esto puede deberse a una serie de factores intrigantes:

  • Tiempo de calidad juntos. Pasar más tiempo juntos de lo habitual puede ser maravilloso, pero también pone a prueba la dinámica de la relación. La convivencia intensa puede sacar a relucir aspectos que no se habían notado antes.

  • Expectativas de las vacaciones. Muchas veces, las expectativas que llevamos a las vacaciones son desafiantes de cumplir. Queremos que sean perfectas, y cuando no lo son, puede generar decepción.

  • Estrés de la planificación. La planificación de las vacaciones en sí misma puede ser estresante, desde la elección del destino hasta la logística del viaje.

  • Gasto asociado con las vacaciones. Las vacaciones también pueden generar preocupaciones financieras. El gasto en hoteles, comidas y actividades puede ser una carga para algunas parejas.

  • Conciliación de actividades y planes. Coordinar las actividades y planes durante las vacaciones puede ser un desafío, y esto puede causar tensiones.

  • Bienestar personal. Cada persona tiene su nivel de activación y necesidades de descanso. A veces, las diferencias en estos aspectos pueden generar fricciones.

  • Gestión emocional del otro. Comprender y manejar las emociones del otro es fundamental. Preguntarse cómo apoyar a la pareja cuando está cansada o estresada es un aspecto clave.

  • Acumulación de conflictos no resueltos. Nuestro cerebro acumula las tensiones no resueltas y guarda un histórico de todo lo que no resolvemos. A menudo, pequeñas situaciones pueden sacar a relucir problemas no abordados previamente.

«El tiempo juntos, ya sea en vacaciones o en la vida diaria, pone a prueba la relación, mostrando tanto los puntos fuertes como las áreas de fricción. En cualquier relación, ya sea de amistad, de pareja o laboral, es natural que surjan desafíos. Pero, con la pareja, quien comparte más y se espera más, es también natural que surjan más desafíos», expone Ana Lucas.

La terapia de pareja es un recurso valioso para abordar estos problemas desde el principio y evitar que se acumulen. En la mayoría de los casos, las relaciones de amistad pueden disolverse o romperse cuando hay conflictos no resueltos, pero con la pareja, las relaciones suelen continuar y los problemas no resueltos se acumulan, generando malestar y resentimiento de manera indirecta.