Sinner se olvida del codo y desinfla a Shelton para alcanzar la semifinal

Laura Marta

Laura Marta

Enviada especial a Londres

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Había dudas, porque esa caída en el primer juego del partido ante Grigor Dimitrov había dinamitado su buen camino en Wimbledon. Había dudas, porque el codo había impedido que desarrollara su tenis con soltura. Y estuvo dos sets abajo. Y de repente estaba en cuartos de final porque el búlgaro sufrió un pinchazo en el pectoral. Pero Jannik Sinner se ha rehecho de todo y despeja las dudas de un manotazo a Ben Shelton, que será muy buen jugador, que se mueve ya muy bien en hierba, que tiene un gran saque y muchas ganas, pero el que le cuesta todavía ese escalón de concentración y constancia que tienen los mejores, como Sinner.

  • Jannik Sinner
  • 7 6 6
  • Ben Shelton
  • 6 4 4

    El italiano se hizo una resonancia magnética el martes para ver qué había pasado con ese codo que dolía y dolía en el duelo ante Dimitrov. Y se por la tarde entrenó apenas unos minutos en las pistas bajo techo para probarse. Había dudas y dudas, pero saltó a la pista en el Aorangi Park (zona de entrenamientos de Wimbledon) y confirmó que, al menos de puertas para afuera, todo estaba bien. En la sobremesa, en la pista 1, ante Shelton, lo acabó de corroborar. Triunfo por experiencia y calidad que, con manguito protector no obstante, lo lleva a la semifinal.

    Hay pelea en el primer set. Shelton está ya aquí, armas en ristre de las de presagiar buenos momentos. Muy buena coordinación y movilidad en la hierba, altos porcentajes de primeros y con velocidad, y cortados que incrementan su peligrosidad en hierba por su condición de zurdo. Sinner es paciente, que solo tiene un año más que el estadounidense, pero ya ha cruzado muchos puentes como el que está atravesando en este Grand Slam. Aguanta con sus servicios, solo pierde un punto con el primero y solo otro con el segundo, y sobresale con el resto, aunque no le permite el estadounidense ni una sola opción de rotura. Tampoco las sufre.

    Y en la igualdad, el 'tie break'. Es un juego diferente, como si fuera otro partido en ocasiones, porque la dinámica de los juegos normales salta por los aires y entra de lleno la capacidad mental, la calma, el orden, la experiencia y la frialdad. Y es el escalón de diferencia en el que se mueven Sinner y Shelton. El italiano ejecuta su revés para desplazar al rival y a este le faltan piernas, y si las tiene, le falta prudencia para responder. Se van acumulando los errores y los nervios, y son dos dobles faltas en ese desempate que condiciona definitivamente el set. Sinner cierra el puño derecho, el del codo que parecía tener dudas. Ya no las hay.

    Quizá el calor, el bochorno que se ha apropiado de Londres en este miércoles, afecta de más al estadounidense, que no acaba de exprimir la potencia de sus golpes planos para intentar hacer daño al italiano, ni siquiera saca rédito del cortado y Sinner sigue a lo suyo, impertérrito de nuevo en esta última recta del torneo, que nunca ha disfrutado de una final en la Catedral y la ansía desde hace tiempo.

    Pone la directa Sinner en el segundo set y vuelve a favorecerse de ese saque que Shelton no acaba de leer. Y ni siquiera le hace falta al número 1 del mundo activar el modo mental del 'tie break' porque quiebra antes al estadounidense. Con 5-4 y al resto, en ese juego en el que Shelton debería haber lanzado un órdago de quien quiere ser el próximo campeón. Pero ahí le tembló la mano, pues concede ese segundo set con su gran servicio, con cuatro errores no forzados de su mano.

    No aprende Shelton de la experiencia y aunque se mantiene en pie con su servicio durante media hora más, vuelve a palidecer en el límite. Otra vez con 4-5 y saque, la obligación de arriesgar para alargar el choque puede con el estadounidense. Porque se revuelve con la primera bola de partido en contra, una buena derecha a la que no llega Sinner; y con la segunda, un 'ace' para devolver el juego al 'deuce', pero permite la tercera bola de partido con una doble falta. Y a la tercera, ante el resto de Sinner, la derecha no le aguanta.

    Sonríe Shelton tímidamente en su despedida de la Central, y se explaya un poco más Sinner. Todavía contenido porque el trabajo no ha terminado, pero con una buena victoria de confianza y resolutiva y para despejar las dudas sobre su codo. Sexto triunfo consecutivo del italiano sobre el estadounidense, y segunda semifinal consecutiva en Wimbledon. Es, por ahora, su mejor resultado, pero olvidado el codo, el número 1 aspira Sinner a más, aspira a todo.

    «Cuando juegas un partido con mucha tensión, tratas de no pensar sobre eso (las molestias del codo). Ha mejorado mucho desde ayer a hoy. Ayer tuve un entrenamiento muy corto, 20 minutos con mis entrenadores. No es una excusa. No hay mejor escenario para jugar al tenis. Creo que lo he demostrado hoy. El ambiente me ha ayudado mucho. Gracias por el apoyo», comentó el tenista después. «Veremos».

    Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

    Suscribete