España consigue una histórica clasificación para el Mundial 2027

El choque que podía cambiar la historia del rugby español llegó precedido por un ambiente de lujo. Las gradas del pequeño estadio de Yberdon-les-Bains se llenaron en sus cinco mil localidades para apoyar a unos helvéticos recién ascendidos a la primera categoría continental. Y no se sabe si por ese ambiente o por un exceso de responsabilidad, a los hispanos les costó mucho arrancar la máquina. Los numerosos cambios en el equipo titular (diez de los quince) con respecto al de la semana anterior en Madrid les pasaron factura en el primer periodo. Es cierto que lograron abrir el marcador a los tres minutos, pero rápidamente reaccionaron los locales, que llegaron a la mitad del primer periodo con un inquietante 3-7 en el electrónico.

España no terminaba de asentarse y funcionaba a fogonazos, aunque estos fueron suficientes para lograr dos ensayos más en los siguientes minutos (uno tras una gran carrera individual del zaguero Federico Casteglioni y otro después de una paciente labor de delantera) para llegar al descanso con un cómodo 6-21, pero que dejaba una cierta intranquilidad en los de Pablo Bouza. No debían permitir que el XV del Edelweiss se viniera arriba y les perdieran el respeto. Esto sucedió cuando Suiza logró su primera marca convertida a los diez minutos (13-28), celebrada por el público con una estrepitosa ovación. Mas los españoles no se dejaron intimidar por las circunstancias y volvieron a centrarse en lo que los había llevado al país alpino: lograr el pasaporte para el Mundial.

Empezaron los movimientos en el banquillo y una vez superada la sanción a Martiniano Cian, una acción individual de Estanis Bay dio ya la tranquilidad que veinte puntos de renta (13-33) otorgaban, con el último cuarto del choque por delante. Todavía dio tiempo para que la ventaja llegase a treinta puntos (13-43) a tres minutos del final, que ya sería el resultado definitivo. La tarea estaba completada y los abrazos de los españoles en el terreno de juego así lo certificaban. Sabían que habían hecho historia.