Los Fernández de Córdoba, cuna de la nobleza española
Desde la conquista de Córdoba, este linaje ha estado siempre presente en las grandes hazañas de nuestra patria
Ahora se pueden admirar piezas fundamentales sobre el origen de la localidad que se encontraban enterradas bajo lo que era la antigua fortaleza que ordenó destruir el rey Fernando el Católico ante los desplantes de Pedro Fernández de Córdoba, señor de Aguilar y marqués de Priego.
Así se han podido documentar los restos de una ciudad amurallada de origen íbero con una estructura aterrazada. Y estas construcciones se levantan sobre otras aún más antiguas que podrían remontarse a la fase del Bronce Final entre los siglos IX y VIII antes de Cristo. A ello hay que sumar también la posibilidad de disfrutar de un espacio funerario de esa misma época que también ha salido a la luz en esta última intervención.
Pero la posibilidad de admirar la historia de Montilla no queda ahí. Y es que desde la larga pasarela se contemplan otros espacios construidos entre los siglos XIX y XV que albergan un espacio industrial que antes había servido con carácter militar y defensivo. Se modificó entonces para darle un uso tan vinculado a la tierra como la producción de vino. Se trata de la lagareta que levantaron en el lugar los Fernández de Córdoba.
Así están a la vista los pisaderos o las propias lagaretas conectadas con pozas donde decantaba el mosto. Junto a ellos almacenes y hasta una posible caldera. Esta actuación ha venido a reforzar aún más la importancia histórica del cerro dónde en la actualidad se mantiene en pie el antiguo alhorí del castillo. Un edificio en el que ya se trabaja para dar cabida a la sala museo en torno a la figura de Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán.
El museo hará un recorrido por su trayectoria militar y convertirá al municipio en el principal referente para acercarse a su figura. En este mismo enclave, situado en la zona más alta del casco urbano con unas vistas privilegiadas a toda la campiña, se encuentra la oficina de turismo del Ayuntamiento montillano por lo que se convierte en un más que acertado punto de partida para que los visitantes tengan una visión más que acertada del pasado histórico que atesora Montilla.
El castillo de Montilla se construyó en el siglo XIII y era una de las residencias de los antiguos señores de Aguilar que después también ostentaron el marquesado de Priego. En el año 1508 se ordenó su derribo por parte del rey Fernando el Católico como castigo a las actuaciones rebeldes de don Pedro Fernández de Córdoba y como una manera de avisar a la nobleza de que debían guardar obediencia al rey.
De la fortaleza medieval solo quedaron el arranque de algunos muros y de las cuatro torres. También en estado de ruina algunas dependencias anejas y parte de su recinto amurallado. Sobre estas ruinas se construyó en el año 1722 el edificio del alhorí para usarlo como granero por el duque de Medinaceli. Precisamente, esta construcción es la que ha permanecido visible desde entonces en la cima del cerro que albergó la antigua fortaleza y que ahora se verá enriquecida con estos hallazgos arquelógicos.