'La Bomba' Navarro, de leyenda a director deportivo que no atina

Los blancos, con un complejo calendario hasta el final de la liguilla, ni siquiera se encuentran en los puestos de repesca y su irregularidad ha sido flagrante en la competición internacional. Sin embargo, su gigante orgullo y mentalidad campeona convierten en una escena muy improbable que se queden fuera de las eliminatorias. En cambio, son los azulgranas los que más preocupan, pues el equipo dirigido por Joan Peñarroya atraviesa una profunda crisis de identidad y de resultados.

A punto estuvo de no clasificarse para la Copa del Rey y, una vez obtenido el billete para Gran Canaria, el Tenerife de Marcelinho le dio un profundo repaso que lo mandó a casa a las primeras de cambio. Además, es séptimo en la liga ACB y parece que luchará hasta el final para clasificarse para los playoffs. Males y más males que se han filtrado hasta el propio físico de los jugadores. Primero cayó Laprovittola y luego fueron Vesely y Punter las bajas, un mal de ojo que se coronó esta misma semana cuando el club anunció que Juan Núñez, tras sufrir una inflamación de menisco, tendrá que pasar por el quirófano y tiene muy complicado volver a vestirse de corto esta temporada.

  • ACB: Madrid - Barça (73-71)

  • Euroliga: Barça - Madrid (90-97)

  • Supercopa: Madrid - Barça (89-83)

  • Playoffs ACB: Barça - Madrid (92-95)

  • Playoffs ACB: Madrid - Barça (104-98)

  • Playoffs ACB: Madrid - Barça (97-78)

  • ACB: Barça - Madrid (85-79)

  • Copa del Rey: Madrid - Barça (96-85)

  • Euroliga: Barça - Madrid (83-78)

  • Euroliga: Madrid - Barça (65-64)

Ante tal panorama, ha sido Peñarroya el blanco de la mayoría de las críticas. El técnico catalán no ha sabido sacarle partido a su jugosa plantilla y su gestión de casos como el de Willy Hernangómez, que apenas ha contado con minutos en los últimos meses, convierten en improbable su continuidad de cara al próximo curso. Aun así, la crisis del Barça no es nueva, un gigante que ha ido de mal en peor en el último lustro y que debe hacer autocrítica desde la base hasta la cumbre. Y es Juan Carlos Navarro, leyenda azulgrana y actual director deportivo, uno de los nombres que más inquietud despierta en la afición.

El exjugador, máximo anotador histórico de la institución, ascendió al cargo en 2021, solo tres años después de su retiro y, desde entonces, todos sus proyectos han sido fallidos. Le tocó lidiar con Sarunas Jasikevicius, un sargento de hierro fichado en 2020 que pretendía devolver a los catalanes a su época dorada pero que acabó saliendo por la puerta de atrás. El antiguo escolta le proporcionó una gran plantilla al lituano, con fichajes ilusionantes como los de Satoransky, Vesely o Laprovittola y, pese a que conquistó una liga y dos Copas del Rey, se estrelló con contundencia en la Euroliga, donde perdió contra el Real Madrid en dos semifinales consecutivas (2022 y 2023).

Tras la última, Navarro habló de autocrítica y, unas semanas después, rescindió el contrato de su excompañero así como el del emblema del proyecto, Nikola Mirotic. Como sustituto para el banquillo eligió a Roger Grimau, otra leyenda del club sin currículum en el baloncesto de élite. Además, su gran apuesta fue la contratación del ya mencionado Hernangómez, al que convirtió en uno de los mejor pagados del continente. Sin embargo, el resultado fue horroroso, pues Grimau solo duró una campaña (Navarro le denominó como «un experimento»), Hernangómez generó un clima de difícil gestión en el vestuario y el Barça se quedó sin ampliar su palmarés.

A la tercera tampoco ha ido la vencida. Peñarroya no ha cumplido las expectativas y las cinco nuevas incorporaciones de Navarro no han sido determinantes, salvo en ocasiones Punter y Metu. Un equipo que va de mal en peor y que está gestando lo que podría ser un ridículo histórico en caso de que no se clasificase para los playoffs de la Euroliga o de la ACB. Los proyectos vienen y van, pero lo que es evidente es que el mito no atina desde los despachos.