Un hombre que disolvió en ácido a otro en 2015 acepta dos años de prisión por un delito contra la salud pública

Fue detenido el 7 de abril de 2016 acusado de estar relacionado con un laboratorio para 'cocinar' cocaína en un chalé de la localidad toledana de Illescas. La Policía Nacional difundió entonces que había encontrado 22 kilos de cocaína, aunque en el escrito de acusación del fiscal la suma de las cantidades decomisadas apenas llega al kilo: 933,7 gramos.

No era el primer juicio de 'Soji' en la Audiencia Provincial de Toledo. En diciembre de 2019, después de reconocer los hechos ante un jurado popular, fue declarado culpable del crimen de su amigo y exsocio Cándido Español López el 4 de septiembre de 2015. Ese viernes quedaron para hablar de una deuda de droga cercana a los 65.000 euros y, durante una discusión, le descerrajó tres disparos.

Acabó con su vida en un chalé de la urbanización Los Pradillos, también en Illescas, y ocultó el cuerpo enterrándolo en el jardín de la casa, en el número 17 de la calle Toledo. Más tarde diluyó el cadáver en un barril con ácido, sosa cáustica y amoníaco, y arrojó esta mezcla corrosiva por varios caminos de tierra. Del esqueleto de Cándido apenas se encontró un hueso.

Casi dos años después, ya arrestado, contó su versión y fue condenado más tarde a 12 años y 3 meses por un delito de homicidio. Por este crimen sigue en prisión, pero no fue el único de aquel juicio con una pena bajo el brazo. Su esposa y su amigo Daniel fueron condenados por encubrimiento.

Precisamente los dos amigos han coincidido este miércoles en la misma sala, donde Daniel ha aceptado una condena de un año y siete meses de cárcel, además de una multa.

La vista había sido aplazada la semana pasada porque Juan Pablo, uno de los cinco procesados, no pudo acudir al sufrir un accidente de tráfico cuando viajaba hacia la Audiencia de Toledo.

Esta mañana, enseñaba a ABC en la calle el estado de su vehículo, siniestro total después de volcar, antes de ponerse delante del tribunal. Experto 'cocinero' colombiano, que asesoró para extraer la cocaína que llegaba desde Sudamérica impregnada en distintos materiales o disuelta en líquidos, Juan Pablo admitió los hechos. Delincuente reincidente, se conformó con dos años de prisión y una multa de 7.500 euros al aplicarle las atenuantes de dilaciones indebidas, como al resto de encartados, y consumo de drogas.

Los últimos dos inculpados, José Luis y Miguel Ángel, también asintieron y se manifestaron conformes con un año y siete meses de prisión, así como una multa de 4.000 y 3.700 euros, respectivamente.

Ellos, sin embargo, no preguntaron como Antonio Alfonso, quien por la pantalla de televisión pidió que le aclararan si podía sustituir su multa de 7.500 euros por trabajos para la comunidad. Su abogado tendrá ahora que solicitarlo.