Evo acusa al presidente Arce de orquestar un autogolpe y pide perdón al mundo
La detención del general Juan José Zúñiga no ha concluido la polémica en torno al pintoresco golpe de Estado en Bolivia, el país de los golpes. El expresidente Evo Morales ha acusado hoy domingo al mandatario Luis Arce, su antiguo delfín político, de orquestar un autogolpe de Estado, la misma acusación realizada por el excomandante general del Ejército al ser detenido.
"El presidente Luis Arce engañó y mintió al pueblo boliviano y al mundo. Es lamentable que se use un tema tan sensible como la denuncia de un golpe. Frente a esa realidad debo pedir disculpas a la comunidad internacional por la alarma generada y agradecer por su solidaridad con nuestro país. Es importante que una investigación completa e independiente demuestre la verdad de este hecho", denunció Morales en sus redes sociales.
Arce y Morales, los principales dirigentes de la revolución indígena y del Movimiento Al Socialismo (MAS) comenzaron a distanciarse en 2022, poco después de que el primero accediera al poder tras derrotar en las urnas a la ahora oposición. Las discrepancias dejaron paso a una guerra fratricida por el poder en el seno del MAS y por la candidatura presidencial para 2025, pese a que el Tribunal Constitucional dictaminó que Evo no podía volver a presentarse tras haber gobernado durante tres legislaturas.
El expresidente ha aprovechado su presencia en el programa semanal de radio Kawsachun Coca para precisar porqué ahora está convencido de que Arce y Zúñiga tramaron algo parecido a un "autogolpe" a través de confidencias de "militares patriotas" y de las quejas que llegan desde el calabozo donde está detenido el excomandante de las Fuerzas Armadas, el militar favorito de Arce y compañero de pachangas de baloncesto.
"En las celdas, el general Zúñiga dijo que Lucho (Luis Arce) me ha traicionado, repitió eso. Estos nuevos elementos me hacen convencer de que es un autogolpe o finalmente que ha planificado Lucho para usar al Ejército, para hacer tanto daño al Ejército y victimizarse con lágrimas de cocodrilo con semejante mentira", insistió Evo.
Nada más producirse el golpe, sectores de la oposición, dirigentes cercanos a Evo y medios críticos con el gobierno calificaron como un "show político" lo sucedido en la céntrica Plaza Murillo y en el interior de Palacio Quemado, sede del Ejecutivo.
El propio general Zúñiga aseguró que el presidente le había pedido que sacara los blindados a la calle para subir su popularidad, que está por los suelos ante la crisis económica, social y política que afecta a Bolivia.
Desde el gobierno se insiste en la misma versión desde el primer día y acusan a Evo de insistir en su estrategia a toda costa para regresar al poder. "Él (en referencia al general Zúñiga) actuó por cuenta propia, eso debe quedar claro. Sencillamente lo que pretendían era tomar el gobierno", aseguró el presidente boliviano. "Yo no soy un político que se va a llenar la popularidad con la sangre del pueblo", subrayó. La tesis del gobierno es que a Zúñiga le fallaron los apoyos dentro de las fuerzas armadas y que las tropas en su apoyo nunca llegaron a la Plaza Murillo.