«En realidad, no pasa nada si Cervantes era homosexual, nadie se va a rasgar las vestiduras a estas alturas, pero tampoco pasa nada si no lo era. Lo importante es que es una hipótesis que no tiene peso», defendía Adrián J. Sáez, profesor de la Universidad Ca' Foscari de Venecia y responsable de la última edición de 'Información de Argel' (Cátedra, 2019), la obra escrita por el mismo novelista durante su cautiverio de la que se extrajo precisamente esta vieja teoría nacida, realmente, en 1980.
«Lo cierto es que no hay ninguna prueba que demuestren que Cervantes mantuvo relaciones con hombres. Su sexualidad es un misterio que nunca vamos a poder resolver con pruebas concluyentes. Lo único que podemos hacer, para conocerlo mejor, es situarlo en su época e intentar comprender cómo era la sexualidad en aquellos años, en el caso que no ocupa, en Argel», añadía José Manuel Lucía Megías, el citado asesor de Amenábar, catedrático de Filología Románica de la Universidad Complutense de Madrid, presidente de honor de la Asociación de Cervantistas y autor de 'Cervantes íntimo' (Plaza & Janés, 2025).
Otra de los asuntos que no parece ajustarse a la realidad, al menos según el cervantista Alberto Montaner, catedrático de Literatura Española de la Universidad de Zaragoza, es la tolerancia sexual que había en aquella ciudad a finales del siglo XVI, según 'El cautivo'. «Yo creo que a Cervantes le debió explotar la cabeza cuando salió a las calles de Argel y se encontró con estos desfiles de corsarios, con todos sus novios, engalanados, la libertad, la diversidad, la mezcla que había y la libertad sexual y concretamente homosexual que existía en Argel en aquel momento», opinaba Amenábar la semana pasada enn la alfombra roja del Royal Alexandra Theatre de Toronto. Una idea que han defendido también algunos historiadores.
La sharía
Montaner, sin embargo, es contrario a esta afirmación: «Se suele decir que la sociedad de Argel que conoció Cervantes era mucho más abierta sexualmente que la Castilla en la que había vivido Cervantes hasta que fue raptado, pero yo creo que no era así. Es cierto que Argel era un puerto internacional en el que pudo haber zonas donde las costumbres se relajen más que en otros sitios, pero el conjunto de la ciudad se regía por la sharia, la ley islámica, que prohibía tajantemente la homosexualidad. Aquí caemos fácilmente en la argumentación circular: queremos justificar que Cervantes era homosexual por cómo era Argel y justificamos cómo era Argel porque Cervantes era homosexual».
¿Y qué hay del resto de personajes históricos que aparecen en el filme de Amenábar? ¿Qué hicieron realmente y cómo son retratados en la gran pantalla? En primer lugar, la larga carrera por crear y desarrollar el mito de Cervantes más allá de la realidad de sus obras comenzó cuando se escribió la primera biografía de él en 1738, un siglo y medio después de su muerte. A partir de esta obra, el autor de 'El Quijote' se convirtió en uno de los héroes principales de la batalla de Lepanto contra los turcos en 1571. Desde entonces, nunca ha sido tan celebrada la participación de un soldado bisoño como él, que se encontraba entonces en el primer escalafón de la carrera militar en el siglo XVI.
El dibujo de Manuel Castellano 'Cervantes en el combate de Lepanto', realizado a mediados del siglo XIX, todavía retrataba al escritor como si hubiera sido el protagonista de aquel enfrentamiento, el salvador de la cristiandad, cuando algunos datos ya apuntaban que solo fue un soldado más con un papel discreto. Hace cinco años, Augusto Ferrer-Dalmau intentó acercarse más a la realidad en uno de sus cuadros: «Podemos imaginar mil historias, desde las más derrotistas hasta las más heroicas. Personalmente creo que luchó como uno más y que tuvo la mala suerte de caer herido. No dudo que fuera valiente, pero no me posiciono en si fue un héroe o un superviviente. Cervantes actuó como cualquier animal acorralado», aseguraba a ABC.
Lucía Megías también explicó en su artículo 'Cervantes, el famoso manco de Lepanto', que ahora es cuando hemos comenzado a tener una idea cabal de su participación real: «A día de hoy conocemos cómo se desarrolló el combate hasta en sus más cotidianos detalles. También cómo se organizaba la defensa de una galera y el ataque a las tropas enemigas donde nada se dejaba al azar. Por saber, conocemos hasta que hubo dos soldados heridos con el nombre 'Miguel de Cervantes' gracias a una carta que, desde Palermo, envió don Juan de Austria a Felipe II el 18 de marzo de 1572».
Antonio de Sosa
Antonio de Sosa, interpretado en la película por Miguel Rellán, fue el clérigo, teólogo y escritor portugués que también estuvo cautivo en Argel, aunque él fue apresado en 1577 y liberado en 1581, un año después que Cervantes. Durante su encierro, ambos entablaron una gran amistad. Después, tras su liberación, escribió o se le atribuye la autoría de 'Topografía e historia general de Argel', obra publicada en 1612 bajo el nombre de Fray Diego de Haedo, aunque la mayor parte de los especialistas considera que la autoría real es de Sosa. La obra es extensa, dividida en varias partes, entre las cuales estaba la descripción física y social de Argel en aquellos años y los diálogos que mantuvieron los cautivos durante su encierro, con sus esperanzas, sus penas, sus añoranzas y los asuntos de la sociedad islámica en la que tenían que vivir a la fuerza durante su cautiverio como esclavos de Hazán Bajá.
La obra tenía un claro propósito moralizante, el de mostrar los sufrimientos y martirios de los prisioneros cristianos y generar así compasión para influir en la opinión pública española y presionar para que esta pusiera en marcha los rescates. Lo que no está del todo claro es cómo, además de recopilar relatos y desarrollar esa faceta de cronista, fueron sus encuentros con el escritor que Amenábar dramatiza. «Yo lo que te cuento en esta película es lo que pudo ocurrir», advirtió el director recientemente.
Juan Blanco de Paz
Juan Blanco de Paz fue un religioso dominico español, probablemente nacido alrededor de 1538 en Montemolín y de origen converso. Fue educado en Salamanca en el convento de San Esteban, hasta que en 1576 fue nombrado comisario del Santo Oficio, es decir, de la Inquisición, en la localidad de Llerena. Poco después viajó a Roma y, en el camino de regreso, el 7 de agosto de 1577, fue capturado por piratas berberiscos y llevado a Argel. Fue en esta ciudad norteafricana donde también coincidió con Cervantes. Según los documentos de la 'Información de Argel' que Cervantes realizó en 1580, poco después de que se pagara su rescate y fuera liberado, este religioso mantuvo un enfrentamiento con el dramaturgo, hasta el punto de denunciarlo por uno de sus intentos de fuga. En concreto, y según siempre la versión del escritor, este le acusó de cometer actos «viciosos».
Lo que no aparece en la película es que, cuando fue liberado el 19 de enero de 1592, por mil escudos de oro, este personaje interpretado por Fernando Tejero, regresó a España y obtuvo una prebenda en la Colegial de Baza. Allí, más de una década después de la liberación de Cervantes, presentó sus memorias ante las Cortes para dejar constancia de los excesos que sufrían los que iban a rescatar cautivos. Sin embargo, poco después desaparece de los registros históricos.
Hasán Bajá
Aunque en la película no sé muestra, Hazán Bajá fue gobernador de Argel en varias etapas, lo que le convirtió en uno de los mandatarios más relevantes de la ciudad en el siglo XVI. Fue hijo de Jeireddín Barbarroja, el famoso almirante otomano que se convirtió no sólo en una gran autoridad política, también en un jefe sin precedentes de los piratas de la región. Ese poder lo heredó su hijo, que utilizó para intentar sitiar Orán y Mazalquivir, las plazas españolas en el norte de África.
'El cautivo« presenta a Hasán Bajá como un personaje dotado de poder absoluto, pero también con una extraña mezcla de crueldad y erotismo del que no hay, como han dicho los cervantistas consultados, ninguna prueba.