Tutorías: el trabajo conjunto de padres y profesores por el bien del alumno>
Desde este grupo educativo observan que, cada vez más, las familias acuden, proponen y se implican en las iniciativas, en los proyectos y en las propuestas de sus colegios, colaborando de manera activa y constructiva en el proceso de aprendizaje de sus hijos. «Las familias asumen hoy que la colaboración padres-colegio debe ser activa y constante. Venimos observando, además de una mayor predisposición a colaborar desde casa, un creciente interés real por parte de los padres en comprender la actualización de las metodologías y el modo como los alumnos aprenden en nuestros colegios», resalta Garrán.
Simon Baskett, Head of Secondary Hastings School, entiende que para que un colegio tenga éxito se tiene que basar en tres pilares: los trabajadores, los alumnos y los profesores. «Una comunicación exitosa depende de que los tres trabajen juntos de manera positiva. Tiene que realizarse también regularmente y rápida si surge algún problema. Informamos a los padres cada vez que un estudiante hace algo positivo, así como si su comportamiento no es apropiado. De este modo saben en cada momento cómo va su hijo», subraya.
Baskett señala igualmente que los profesores son cada vez más conscientes de la importancia de cuidar todos los aspectos de la vida escolar de los alumnos. «Hastings cree en una educación holística, lo que quiere decir que el aprendizaje no se refiere únicamente a los resultados de los exámenes, sino al desarrollo completo de una persona, de manera que esté preparada para la vida más allá del colegio», matiza. De ahí que los profesores desarrollen en los alumnos habilidades, valores y comportamientos «como colaboración, liderazgo, resistencia y en desarrollo de una mente crítica, que les ayudará a alcanzar su potencial y ser capaces de contribuir positivamente al mundo en el que viven», añade.
Por su experiencia percibe que los padres entienden que «hacemos todo lo posible para ayudar a los alumnos a alcanzar su potencial académico, pero también que los estudiantes tienen que tener una visión global, multilingüe y sobre diferentes culturas de manera que puedan trabajar de forma efectiva con los demás».
No existe una frecuencia perfecta para reuniones, pero desde los colegios indican que deben ser periódicas, «marcadas de forma clara en el calendario escolar y teniendo suficientes oportunidades para llevar a cabo las comunicaciones y cuando resulte necesario», resalta Simon Baskett.
Por su parte, Miguel Ángel Garrán considera importante conducir los tiempos y la frecuencia de la periodicidad, que vendrá determinada conforme a las necesidades «y con el fin de salvaguardar y garantizar un correcto seguimiento y la actuación más acertada para que cada alumno consiga desarrollar al máximo su talento y competencias en el ámbito educativo y personal».