«Salvar a papá»: los hijos de Hugh Jackman, preocupados por el actor tras el divorcio con Deborra-Lee Furness>
Hugh Jackman y Deborra-Lee Furness formaban una de las parejas más reconocidas y aparentemente sólidas de Hollywood. Pero nadie conoce lo que sucede realmente en el interior de un dormitorio. Fue en septiembre de 2023 cuando el actor anunció su divorcio de la que había sido su mujer durante casi tres décadas y con la que comparte dos hijos en común: Oscar Maximilian (23 años) y Ava Eliot (18).
El actor que encarnó al popular Lobezno, entre muchas otras cosas de mérito en su carrera, intenta rehacer ahora su vida y al menos sabe que cuenta con el apoyo incondicional tanto de sus amigos como de sus familiares. Y ha sido una fuente cercana a los hijos quien ha revelado que estos estarían preocupados por el estado anímico de su padre.
«Se han vuelto más cercanos de lo que podría haber imaginado y puede confiar en ellos, mientras que antes recurría a Deb», ha apuntado esta persona a la revista australiana 'Woman's Day'. Esta fuente cercana a Hugh Jackman y a sus hijos ha asegurado también que Oscar y Ava son el «mayor consuelo» del actor. «Le conocen mejor que él y le sorprenden constantemente«, ha matizado.
«Feliz con sus hijos»
Para ver feliz a su padre, Ava estaría «iniciando un plan» que habría bautizado con un explícito nombre, 'Salvar a papá', según la fuente consultada por la citada publicación, que concluye sus revelaciones afirmando que el actor «siempre se ve muy feliz» cuando está con sus hijos. Otra cosa es lo que estaría sucediendo cuando se encuentra solo.
Lo cierto es que Hugh Jackman, de 55 años, es uno de los actores que produce una mayor empatía con los seguidores de la gran pantalla por su afabilidad y buen carácter siempre que aparece en público. No para de encadenar trabajos y lo nuevo sería una encarnación del mismísimo Robin Hood. Precisamente su profesión estaría siendo su otro consuelo, si bien temen que pueda llegar a agotarse y ese sea otro motivo de conflicto latente.
En las últimas imágenes del actor pertenecientes a su vida cotidiana siempre se le ve paseando por la calle de forma desenfadada acompañado de sus hijos, que son lo que más quiere en el mundo. Dicen que es un auténtico padrazo.
Durante tres décadas, Hugh y Deborrah habían formado uno de los matrimonios más sólidos de la industria del cine, tan dada a separar matrimonios por efecto de las exigencias profesionales, los viajes y la generación de afectos y desafectos externos. Sus posados en las alfombras rojas eran la envidia de todos. Transmitían auténtica ternura.
El terremoto de la separación
Por eso se produjo semejante terremoto cuando la revista 'People' publicó el comunicado del matrimonio en el que se anunciaba que emprendían caminos separados. «Nuestra familia ha sido y siempre será nuestra mayor prioridad. Emprendemos este próximo capítulo con gratitud, amor y amabilidad. Apreciamos enormemente su comprensión en el respeto de nuestra privacidad como nuestra familia navega esta transición en todas nuestras vidas», desveló la rota pareja.
Antes del divorcio, la feliz familia vivía en un impresionante tríplex de 1.000 metros cuadrados en el neoyorquino barrio del Soho, un inmueble que pusieron a la venta por la astronómica cifra de 37,1 millones de euros. De lo que no se han deshecho es de la mansión de los Hamptons, la isla de los millonarios de Manhattan, donde solían pasar los veranos.
Poco antes de la separación, Hugh Jackman compró un apartamento de 430 metros cuadrados por 21,1 millones de euros con vistas al río Hudson en el barrio de Chelsea, también en Nueva York. Por dinero no será. Otra cosa son las emociones que cada uno lleva dentro.