Al Jolani, el yihadista que dobló el pulso a Assad
El líder del grupo rebelde anunció en una entrevista que busca un califato «solo nacional»
Detrás del ataque están los islamistas de Hayat Tahrir al Sham (HTS), una facción de la antigua rama siria de Al Qaeda, cuyo líder Al Jolaini ya dejó claras sus intenciones: recuperar un califato «nacional» en Siria y «derrocar a los Assad», en el poder desde hace más de cinco décadas.
El pasado 27 de noviembre, el HTS partió desde Idlib, una ciudad situada al noroeste del país, rumbo a Alepo, la segunda ciudad más grande del país. En apenas tres días de combates y bombardeos, se hicieron con el control de la ciudad, a excepción de pequeños barrios controlados por minorías kurdas.
El avance de las milicias rebeldes continuó desde Alepo hacia Hama, la cuarta ciudad más grande del país.
Las fuerzas del HTS consiguieron romper las defensas del Ejército sirio, que replegó posiciones en la localidad, aunque aguantó en combate durante varias horas. Finalmente, el pasado jueves el Ejército leal a Al Assad claudicó y las autoridades abandonaron la ciudad.
El líder de HTS, Al Jolani, emitió un comunicado anunciando la toma de Hama. «Los muyaidín, los revolucionarios, han empezado a entrar a la ciudad de Hama para la limpiar la herida que existe en Siria desde hace 40 años», sentenció.
Esa «herida» no es otra cosa que la operación militar que en 1982 lanzó el régimen de Hafez al Assad -padre de Bassar al Assad- para tumbar el levantamiento islamista contra la dictadura laica, que iniciaron los Hermanos Musulmanes en 1979 y que se saldó cuatro años después con una cruel matanza de más de 10.000 sirios.
Tras Hama, las milicias rumbo Damasco, conquistaron Homs, a unos 160 kilómetros de la capital siria y bastión clave del régimen de Al Assad. El combate en Homs comenzó este mismo sábado, y la ciudad cayó en apenas unas horas entre discursos cruzados del régimen y las milicias. Mientras los rebeldes anunciaban la liberación de 3.500 presos, el régimen negaba haber perdido el control de la ciudad.
Con un mensaje en Telegram, los rebeldes proclamaron la toma de Homs: «Anunciamos la completa liberación de la ciudad de Homs». En apenas 24 horas de avance, los rebeldes habían conquistado Homs, y otras tres ciudades más.
Con la toma de Homs, las milicias asestaban un duro golpe al régimen: asfixiaban la ruta por carretera que conecta Damasco con la base rusa en Tartus, uno de los enclaves militares estratégicos.
«Nuestras fuerzas han comenzado la fase final». Así anunciaba un comandante de las HTS este sábado que las milicias llegaban a Damasco y que la operación entraba en una nueva etapa.
A primera hora de la tarde, el avance rebelde ya llegaba a la periferia de la capital, lo que provocó el despliegue del Ejército sirio. «Nadie puede penetrar esta línea de defensa», apuntó el ministro de Defensa, Mohamed Al Rahmun.
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— Global News (@GlobalNews70) December 8, 2024
Bashar al-Assad's presidential palace in Damascus. pic.twitter.com/0iqV6C5AkT
De madrugada, las tropas rebeldes rompían todas las defensas militares de Damasco y anunciaron la liberación de Damasco. En la plaza de los Omeyas, el ruido de los disparos como señal de alegría se mezclaba con los gritos de «Allahu Akbar» («Dios es el más grande») y la televisión estatal anunciaba la caída de Bassar al Assad.