Feijóo presume de haber evitado el “control” del CGPJ por el Gobierno, y Sánchez le replica: “Bienvenido al cumplimiento de la Constitución”
El acuerdo entre el PP y el PSOE, cerrado la víspera, para la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ha centrado este miércoles el cara a cara entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo en la sesión de control al Gobierno en el Congreso. “Ahora que ha pactado con nosotros el Consejo, ¿se ha vuelto usted de extrema derecha, señor Sánchez?”, ha espetado el líder popular al jefe del Ejecutivo, aludiendo a la sesión anterior, en la que el socialista había calificado al PP de partido ultra. El presidente del Ejecutivo ha respondido celebrando la renovación del órgano de gobierno de los jueces tras cinco años “sometido a un bloqueo absolutamente inédito en la historia de la democracia”. “Bienvenido al acuerdo, bienvenido al cumplimiento de la Constitución”, ha lanzado Sánchez a Feijóo. Este no se ha dado por aludido: “Este acuerdo no es para ayudarle”, ha dicho. “Es para poner límite a la voracidad de su Gobierno en controlar las instituciones del Estado”.
El CGPJ, el órgano que gobierna a todos los jueces de España, nombra a la cúpula judicial, decide sanciones y elabora informes sobre proyectos de ley, llevaba cinco años con una mayoría de vocales de extracción conservadora que correspondía a la época en la que gobernaba con mayoría absoluta el PP de Mariano Rajoy. La composición del órgano la deciden las Cortes Generales (en una votación en la que se necesita el apoyo de tres quintos de los escaños y, por tanto, el acuerdo de los dos grandes partidos), y en este lustro las mayorías parlamentarias han cambiado mucho, pero el CGPJ no se renovaba ante la incapacidad del PP y PSOE para pactar ese reparto de vocales. Los populares abortaron la negociación en dos ocasiones —la última, en 2022, ya con Feijóo al frente—, alegando distintos motivos sobrevenidos como las cesiones del Gobierno a los partidos independentistas. Pero finalmente ayer martes, con mediación de Bruselas, el PSOE y PP cerraron el acuerdo y pusieron fin a una situación que amenazaba con provocar un colapso en la administración de justicia. Este miércoles, tras varios años de durísimos reproches cruzados continuos, ambos partidos han reivindicado ese pacto.
Esa coincidencia no ha evitado, en todo caso, el rifirrafe en la sesión de control: tras felicitarse por el acuerdo, Feijóo ha vuelto a recordar los casos de “corrupción” en “la familia y el entorno” del presidente del Gobierno y le ha instado a dar explicaciones al respecto. Sánchez ha restado importancia a esas alusiones —que ha atribuido a la necesidad del líder del PP de hacer “aspavientos” para “calmar” al sector de su partido que rechazaba de plano un pacto con el Ejecutivo— y ha afirmado: “Ojalá este sea el primero de otros muchos acuerdos. Quedan tres años de legislatura y muchos acuerdos por alcanzar”. Según Feijóo, el pacto sobre el Poder Judicial —que ha sellado, ha dicho, porque era su “deber” hacerlo— recoge “la mayoría” de las exigencias que el PP había puesto sobre la mesa en los últimos años e implica que el CGPJ “no va a ser controlado ni por el Partido Socialista ni por el Partido Popular”. Y, en respuesta a la invitación de Sánchez de alcanzar otros acuerdos, le ha propuesto tres medidas: la dimisión del fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, por “sus presuntos delitos”; que el Constitucional deje de “manosear al Tribunal Supremo” y “exculpar a los condenados socialistas por corrupción”, en alusión a los ERE; y que el presidente del Gobierno dé explicaciones por “todo lo que está saliendo de su familia y su entorno”, en referencia a la investigación judicial a su esposa, Begoña Gómez, por presunto tráfico de influencias.
“Para usted la perra gorda”, se ha limitado a replicar Sánchez. “Lo importante es que se cumpla la Constitución y que hemos renovado el Consejo General del Poder Judicial”. El presidente ha asegurado que su Gabinete “gobierna para la mayoría” y siempre está dispuesto a “pactar con todos en aras al interés general”.
El socio del PSOE en el Gobierno, Sumar, se ha mostrado cauto con el acuerdo. Su portavoz, Íñigo Errejón, ha calificado el pacto de “buena noticia”, pero ha pedido a los socialistas que no se lleven “a engaño”: “Conseguir un acuerdo concreto con el Partido Popular no quiere decir que el Partido Popular sea un socio fiable para esta legislatura (…) A partir de ahora, hay que avanzar en la democratización de la justicia, y esto, en mi opinión, no se va a hacer con el PP”, ha manifestado el diputado. Además, ha pedido articular “mecanismos para que esta situación de bloqueo [del CGPJ] no se vuelva a repetir” y “reformar el acceso a la carrera judicial”.
En su turno de preguntas a la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, ha retomado el tono duro y ha llevado el debate a Cataluña. “Tras comprar la presidencia [de Sánchez] con una amnistía, ahora se disponen a comprar la presidencia de la Generalitat con una agencia tributaria propia [para Cataluña]. En ambas transacciones la moneda común con la que compran el poder es la igualdad de todos los españoles”, ha dicho Gamarra. Y ha añadido: “Su Gobierno se puede resumir en una frase: privilegios para unos pocos, obligaciones para todos los demás”. Montero ha respondido que “no hay igualdad sin justicia social”. “Esa justicia social contra la que ustedes votan sistemáticamente en contra. Y que algunos consideran una aberración. Justamente aquellos a los que ustedes conceden medallas”, ha subrayado en referencia al presidente argentino, Javier Milei, recibido con honores por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.