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El apagón pilló a Feijóo ya en la ciudad mediterránea, donde asistía a la jornada preparatoria previa, pero ahora su participación está en el aire por la crisis del suministro eléctrico. El líder conservador tenía unos objetivos trazados muy claros para este encuentro: exhibir alianzas y demostrar que en estos tres años al frente del PP ha ganado peso en Europa, coincidiendo con el momento en el que ve más «debilitado» a Sánchez por su falta de apoyos en España para cumplir con los compromisos internacionales en materia de seguridad, su escasa sintonía con Donald Trump y los frentes que se le han abierto ahora de nuevo con Israel.
«Lo que está claro es que ha perdido brillo e influencia. Antes su único interés era la política exterior y el viento ya no les favorable», resumen en Génova. La inexplicable ausencia del presidente del Gobierno en el funeral del Papa el sábado ahonda en esa sensación de soledad.
A la cumbre de Valencia está prevista la asistencia de más de una decena de jefes de Gobierno y la cúpula conservadora casi al completo, empezando por la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen.
Uno de los nombres clave para Feijóo en esta cumbre es Friedrich Merz, líder de la CDU y próximo canciller, con el que lleva tiempo trabajando su relación. Ha mantenido varios encuentros con él en los últimos meses desde que en Génova vieron con claridad que el centro derecha recuperaría el poder. El líder del PP ha apostado decididamente por el eje Alemania-Polonia. La interlocución con Merz y con el polaco Donald Tusk es permanente. El italiano Antonio Tajani, ministro de Asuntos Exteriores de Giorgia Meloni, forma parte también del núcleo de relaciones clave. Ayer, de hecho, Feijóo compartió una conversación con él, precisamente a raíz del apagón eléctrico.
Tusk se ha caído de la cumbre por razones médicas, lo que provoca un agujero importante en el panel de asistentes. El caso polaco tiene especial relevancia para el PP por varios motivos. Uno es su capacidad de haber contenido la extrema derecha en su país, enviándola a la oposición. La otra es la frontera terrestre que Polonia comparte con Ucrania, lo que hace que su voz sea especialmente escuchada al hablar del futuro de la defensa europea.
En clave nacional, el miércoles, último día de la cumbre, Dolors Montserrat -hasta ahora jefa de la delegación española y que cuenta con la confianza total de Feijóo- resultará ungida como secretaria general del PP europeo. El alemán Manfred Weber, otro aliado clave de Feijóo, que se ha enfrentado públicamente a Sánchez en varias ocasiones, repite como presidente.
A Montserrat la sustituirá Esteban González Pons al frente de la delegación, lo que implica también ejercer la portavocía en el Parlamento. Un encaje de bolillos para las dos grandes figuras españolas en Europa, en el que tuvo que intervenir directamente el líder del PP, y que tiene distintas lecturas en función de quién se pronuncie.
En Génova, el análisis de recuperar la secretaría general del partido a nivel europeo -el eurodiputado Antonio López-Istúriz la ocupó durante dos décadas hasta 2022, cuando cayó en manos de Grecia- es la prueba inequívoca de la fuerza política y, sobre todo, electoral del PP.