La actividad de la eurozona se contrae por primera vez en cinco meses y «no se puede culpar a los aranceles»

El frenazo se concentró sobretodo en el sector servicios, que redujo su inercia por primera vez desde noviembre de 2024 y lo hizo al ritmo más rápido en los últimos dieciséis meses. La manufactura, en cambio, logró mantenerse al alza por tercer mes consecutivo, pero lo hizo instalada en esa atonía que viene mostrando de un tiempo a esta parte.

Exactamente -y estos datos necesitan una aclaración-, el PMI general se situó en el 49.5 en mayo, frente al 50.4 de abril; el del sector servicios se anotó su mínima de los últimos dieciséis meses hasta, situarse en el 48.9 (50.1 en abril); y las manufacturas quedaron en el 49.4, tasa algo superior a la de abril (49.0) y la máxima de los últimos treinta y tres meses.

Para explicar los datos, hay que explicar que el PMI es un indicador que se elabora a partir de encuestas a las empresas en las que se les pregunta sobre pedidos, 'stock', facturación, etc. Un dato por encima de 50 indica avance, y por debajo, contracción. Su utilidad radica en que se adelanta a los indicadores oficiales.

Por áreas geográficas, en el informe se lee que Alemania se unió a Francia, que lleva nueve meses en declive, al contraerse su actividad privada tras un arranque de año por encima de 50. El fallo de las dos primeras economías ensombrece el resultado del resto de la zona euro, que a nivel general sigue presentando mejores resultados (España está a la cabeza de ese grupo).

En el desglose de los datos, todos los indicadores muestran una tendencia negativa. Los nuevos pedidos se redujeron por decimosegundo mes consecutivo, aunque hay diferencias entre la manufactura y los servicios. En la industria se estabilizaron tras tres años en declive, y en los servicios de redujeron por cuarto mes consecutivo.

«Optimismo cauteloso»

La creación de empleo -siempre, teniendo en cuenta que es una encuesta- se estabilizó tras un breve período de alzas, la confianza empresarial se atenuó hasta el mínimo de los últimos diecinueve meses y los precios se redujeron, aunque este resultado oculta tendencias divergentes entre sectores. Tanto los insumos como los precios de venta se redujeron en mayo en la industria, pero no así en las empresas del sector servicios.

En un comentario sobre estos datos para S&P Global, el Dr. Cyrus de la Rubia, economista jefe del Hamburg Commercial Bank, señaló que «no se debe culpar a los aranceles estadounidenses» de la contracción de la actividad privada. Es más, este analista apunta a que los esfuerzos por adelantarse a una guerra comercial que hace unas semanas generaba mucha incertidumbre podrían explicar por qué el sector manufacturero ha resistido en los últimos meses, en un contexto de enfriamiento de la economía europea.

«Si bien la demanda externa de servicios se está atenuando, la debilidad de la demanda interna es la que parece estar arrastrando el sector a la baja», apunta De la Rubia, sobre la debilidad de las empresas de servicios.

A pesar de todo, la expectativa de que el Banco Central Europeo continúe con las rebajas de tipos, la caída del precio del petróleo en comparación con el año pasado y el cambio de paradigma de la política fiscal en Europa alentado por el giro aislacionista de Trump (Alemania ha aprobado una reforma constitucional en esa línea) permiten que las empresas sean «cautelosamente optimistas», señala el experto.

Una de las claves estará en el rumbo que tome la política monetaria del Banco Central Europeo, una decisión difícil a la luz de los datos, aunque los expertos dan la rebaja por muy posible. La inflación en la eurozona cerró abril en el 2,2%, pero los costes de los insumos se aceleran, según se desprende hoy de los datos de S&P Global.