Hallan el 'agua perdida' de Marte, y es bastante para llenar varios océanos, aunque no servirá de nada a los futuros colonos

Pero el agua marciana debería ser mucha más de la que los polos conservan en forma de hielo. De hecho existieron océanos, ríos y lagos hasta hace alrededor de 3.000 millones de años. ¿Dónde está, pues, toda el agua perdida? Ahora, por fin, ese misterio tiene una respuesta.

Utilizando datos sísmicos recopilados por la misión Insight para sondear el subsuelo profundo, un equipo internacional de geofísicos ha encontrado, en efecto, un enorme depósito subterráneo de agua, tan grande que sería suficiente para cubrir toda la superficie de Marte con un océano de entre uno y dos km de profundidad. El sensacional hallazgo se acaba de publicar en 'Proceedings of the National Academy of Sciences'.

Magnifica noticia, pero...

Una noticia, desde luego, excelente para los científicos, pero que desgraciadamente no será de mucha utilidad para los futuros colonos marcianos. ¿El motivo? Toda esa agua se encuentra diluida en pequeñas grietas y poros de las rocas de la corteza marciana y, lo que es peor, a una profundidad de entre 11,5 y 20 km bajo la superficie. Incluso aquí, en la Tierra, acceder a esa inmensa reserva sería prácticamente imposible.

Además, el hallazgo señala otro lugar prometedor para buscar vida en Marte, suponiendo que algún día se consiga acceder al depósito. Así que, por lo menos por ahora, el descubrimiento sólo ayudará a responder distintas cuestiones sobre el pasado geológico del planeta.

«Comprender el ciclo del agua marciano -dice Vashan Wright, de la Universidad de California en San Diego y uno de los autores del artículo- es fundamental para entender la evolución del clima, la superficie y el interior. Un punto de partida útil, en efecto, es identificar dónde está el agua y cuánta hay».

Con los datos de Insight

Junto a sus colegas Michael Manga, de la Universidad de California en Berkeley y Matthias Morzfeld, del Instituto Scripps de Oceanografía en San Diego, California, Wright empleó un modelo matemático de física de rocas, el mismo que se usa en la Tierra para localizar acuíferos subterráneos, y concluyó que la mejor explicación para los datos sísmicos recopilados por la misión Insight, un módulo de aterrizaje fijo que entre 2018 y 2022 recopiló valiosos datos sobre el subsuelo marciano, era una capa profunda de roca ígnea (magma ya enfriado) fracturada y saturada con agua líquida.

Durante su periodo de actividad, Insight detectó terremotos en Marte de aproximadamente una magnitud de 5, impactos de meteoritos y ondas sísmicas de esos eventos retumbando en áreas volcánicas por todo el planeta, lo que ha permitido a los geofísicos sondear el interior.

«La misión -dice Manga- superó con creces mis expectativas. Al observar todos los datos sísmicos que Insight recopiló, se pudo descubrir el espesor de la corteza, la profundidad del núcleo, su composición e incluso algo sobre la temperatura dentro del manto».

Y ahora, prosigue Manga, esos datos han permitido también establecer que existe una gran reserva de agua líquida, lo que «nos da una idea de cómo era o pudo haber sido el clima. Además el agua es necesaria para la vida tal como la conocemos, y no veo por qué el depósito subterráneo mismo no podría seguir siendo un entorno habitable. Algo similar es cierto en la Tierra: las minas muy, muy profundas albergan vida, el fondo del océano alberga vida. No hemos encontrado ninguna evidencia de vida en Marte, pero al menos hemos identificado un lugar que, en principio, debería ser capaz de albergar vida».

Un gran número de pruebas (canales de ríos, deltas y depósitos de lagos, rocas alteradas por el agua...) respaldan la hipótesis de que alguna vez el agua fluyó sobre la superficie del planeta. Pero ese período húmedo terminó hace más de 3 mil millones de años, después de que Marte perdiera su atmósfera.

Hasta ahora, los científicos planetarios han enviado más de cuarenta sondas y módulos de aterrizaje a Marte para descubrir qué pasó con esa agua (el agua congelada en los casquetes polares de Marte no puede explicarlo todo), cuándo se perdió, adonde fue a parar y si pudo, o no, propiciar alguna forma de vida. Ahora, los nuevos hallazgos indican que gran parte de esa agua no escapó al espacio como se pensaba, sino que se filtró hacia las profundidades de la corteza marciana.

«Suponiendo que la corteza sea similar en todo el planeta -escriben los investigadores- , debería haber más agua en esta zona media de la corteza que los volúmenes que se cree que llenaron los hipotéticos océanos marcianos antiguos».

El agua perdida, pues, ya ha aparecido. Ahora sólo falta encontrar la forma de llegar hasta ella