Emplean un compuesto contra la malaria para tratar el síndrome de ovario poliquístico

Las artemisininas, compuestos procedentes de la planta Artemisia, que tienen propiedades frente a la malaria podrían ser también útiles en el síndrome de ovario poliquístico, según sugiere un trabajo que se publica hoy jueves en la revista científica Science. Este trastorno afecta a millones de mujeres en todo el mundo y puede provocar infertilidad.

La investigación ha analizado el efecto de las artemisininas en modelos roedores de la enfermedad y también ha administrado los compuestos en un ensayo piloto, con un grupo de 19 mujeres afectadas por el síndrome. Al recibir el tratamiento durante doce semanas, los ciclos menstruales se regularizaron, sin observarse efectos secundarios.

El síndrome de ovario poliquístico es uno de los trastornos endocrinos más comunes que afectan a las mujeres en edad reproductiva. Se caracteriza por niveles elevados de andrógenos (hiperandrogenemia) y se asocia a una amplia gama de efectos sobre la salud, como disfunción metabólica, alteración de la ovulación y, a menudo, infertilidad.

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Sin embargo, a pesar de la elevada prevalencia del síndrome, no se conocen bien las bases mecánicas de este trastorno. Dado que los niveles elevados de andrógenos son la principal característica y causa de la mayoría de los síntomas y comorbilidades asociados al síndrome, los tratamientos dirigidos a suprimir la producción de andrógenos podrían ser beneficiosos para tratarlo.

¿Por qué este compuesto para la malaria sirve también para la disfunción del ovario?

Sobre esa premisa, un grupo de científicos de la Universidad Fudan, en Shanghai, ha evaluado el potencial efecto de las artemisininas. Si bien estos compuestos son conocidos por sus efectos antipalúdicos, también han demostrado tener efectos metabólicos beneficiosos.

En modelos de roedores, estos investigadores comprobaron que que el arteméter, un derivado de la artemisinina, reduce la síntesis de andrógenos ováricos al dirigirse a una enzima crucial en la producción de andrógenos (denominada CYP11A1).

Este compuesto desencadena una serie de modulaciones a nivel molecular que conduce una supresión de la producción ovárica de andrógenos.

En el grupo de mujeres tratado, la toma de dihidroartemisinina -un fármaco utilizado para tratar la malaria- durante 12 semanasredujo sustancialmente los biomarcadores clave del síndrome de ovario poliquístico y condujo a ciclos menstruales más regulares sin efectos secundarios.

"Aunque serán necesarios más estudios para comprender plenamente los efectos a largo plazo y optimizar las estrategias de dosificación para maximizar los resultados terapéuticos, el descubrimiento de las artemisininas como remedios eficaces para el síndrome de ovario poliquístico representa, no obstante, un nuevo y prometedor enfoque para el desarrollo de terapias específicas que potencialmente cambiarán el panorama del tratamiento", escribe Elisabet Stener-Victorin en un artículo relacionado con esta investigación, también en Science.

Coincide en la necesidad de hacer más estudios Cornelia Jaursch-Hancke, jefa del Departamento de Diabetología y Endocrinología de la Clínica DKD Helios de Wiesbaden de Alemania, quien declara a SMC Alemania sobre esta investigación que "lo que necesitamos es un ensayo controlado aleatorizado que demuestre un efecto en las pacientes que vaya más allá del efecto placebo. Entonces podríamos volver a analizar los resultados. Basándome en mi experiencia con estudios sobre otros candidatos a fármacos, no veo perspectivas para la artemisinina por el momento. El resveratrol, por ejemplo, mostró inicialmente efectos similares sobre la producción de testosterona, pero los resultados de los ensayos controlados aleatorizados no pudieron mostrar ningún efecto significativo".

Cristina Carrasco, investigadora en el Departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad de Extremadura, comenta a SMC España que "cabe destacar que este sería el primer estudio sobre la potencial aplicación terapéutica de las artemisininas, ampliamente reconocidas como tratamiento frente a la malaria, en el síndrome de ovarios poliquísticos. No obstante, como en todas las investigaciones, existen ciertas limitaciones que podrían influir en los resultados obtenidos. En este sentido, los autores señalan que es necesario desarrollar modelos animales que reproduzcan con exactitud la patología en mujeres para poder así extrapolar la evidencia experimental y determinar tanto la dosis óptima, como los efectos a largo plazo".

Y en clave más positiva destaca que el estudio "refuerza el futuro prometedor en la investigación, desarrollo y aplicación clínica de extractos vegetales en trastornos reproductivos femeninos, que muestran experimentalmente una mayor eficacia y seguridad que los tratamientos convencionales".

Añade que "son necesarios más estudios científicos como este, que contribuyan a ampliar nuestro conocimiento sobre la fisiopatología de las enfermedades de alta prevalencia entre las mujeres, como paso previo imprescindible para un tratamiento exitoso en todos los aspectos".