El FBI constata el caos del Servicio Secreto en el atentado a Trump
El asesino intentó entrar al mitin pero los agentes le pararon en el detector de metal
La revisión de la actuación ha identificado «deficiencias en la planificación avanzada y su implementación por parte del personal del Servicio Secreto», ha explicado Ronald Rowe, director interino del organismo encargado de la seguridad de altos dignatarios estadounidenses en una rueda de prensa.
«Si bien algunos miembros del equipo de avanzada fueron muy diligentes, hubo negligencia por parte de otros, lo que llevó a una violación de los protocolos de seguridad», ha señalado.
Entre las fallas identificadas por Rowe se encuentra la mala comunicación con las autoridades locales, una «dependencia excesiva» de los dispositivos móviles «que resulta en el almacenamiento de información» y problemas en la línea de visión, que «fueron reconocidos pero no mitigados adecuadamente».
«Aproximadamente a las 18.10 hora local, mediante una llamada telefónica, la sala de seguridad del Servicio Secreto llama al agente de respuesta de contrafrancotirador, que reporta a un individuo en el techo del edificio de la AGR», ha detallado Rowe. «Esa información vital no fue transmitida a través de la red de radio del Servicio Secreto», ha ahondado.
Dos asistentes al acto de campaña de Trump en Butler, Pensilvania, resultaron heridos por disparos y un tercero, el bombero Corey Comperatore, de 50 años, murió posteriormente. Crooks fue abatido a tiros por personal del Servicio Secreto.
La directora del Servicio Secreto, Kimberly Cheatle, dimitió tras el incidente y reconoció que se trató del «mayor fracaso operativo del Servicio Secreto en décadas».