El Supremo de EE.UU. amonesta a Trump por su guerra contra el juez de las deportaciones exprés
Desde entonces, la Administración Trump ha protagonizado un enfrentamiento, igual de extraordinario, con Boasberg. El punto más alto ha llegado este martes, cuando el presidente de EE.UU. exigió el 'impeachment' o juicio político del juez, una exigencia de gran gravedad.
Por la independencia judicial
«Este juez, al igual que muchos de los jueces corruptos ante los que me veo obligado a comparecer, debería ser llevado a juicio político», escribió Trump, en letras mayúsculas, en un mensaje en su red social. También calificó a Boasberg de «juez lunático de extrema izquierda», «problemático y agitador» y «tristemente nominado por Barack Hussein Obama»..
Pocas horas después, el juez Roberts, uno de los nueve magistrados del Supremo, uno de los seis que forman la mayoría conservadora del tribunal, elegido por un presidente republicano (George W. Bush), dio el paso de tomar cartas en el asunto.
«Durante más de dos siglos, se ha establecido que el 'impeachment' no es la respuesta apropiada a un desacuerdo sobre una decisión judicial», escribió Roberts, sin mencionar de forma específica a Trump. «El proceso normal de apelación existe para ese propósito».
«No hay jueces de Obama, o de Trump, o de Bush o de Clinton», añadió el magistrado principal del Supremo. «Lo que tenemos es un grupo extraordinario de jueces haciéndolo lo mejor posible para dar tratamiento justo a todos los que comparecen ante ellos».
«Esa independencia judicial es algo a lo que todos deberíamos estar agradecidos», añadió Robers, una declaración que resuena en un momento en el que Trump está testando la fortaleza de la separación de poderes.