Los números del egarense desde su llegada al banquillo azulgrana en verano de 2024, hacía tiempo que habían puesto en entredicho su figura. La pasada campaña culminó sin ningún título, y en la actual, el hacer de sus pupilos ha sido aún peor. Mientras que en la Euroliga ocupan la novena posición con solo cinco triunfos en nueve jornadas, la imagen en la competición nacional ha sido indigna. Tras sumar dos derrotas consecutivas, se encuentran con una sola victoria por encima del descenso, marcado por San Pablo Burgos y Granada, ambos con un éxito en seis jornadas. Los números no mienten y Peñarroya abandona el Barça con el segundo peor porcentaje de victorias en la ACB de la historia de la sección, un 55,8%, solo superado por Manel Comas (45,5%).
Sin embargo, pese a que el entrenador es ahora señalado, hay otros muchos dedos que apuntan al palco. La afición también responsabiliza a Cubells y a Navarro y, en los tropiezos ante el Zalgiris Kaunas y el Madrid, el Palau pidió la dimisión de ambos y ejecutó unas potentes pañoladas. Razón no les falta, pues ambos son culpables de algunos de los mayores ridículos del escudo en los tiempos recientes.
Por ejemplo, el pasado verano se aseguró que Hezonja abandonaría el Madrid para convertirse en el nuevo líder de la plantilla, pero el croata acabó renovando por el eterno rival. Además, tras varias lesiones en el mes de enero en el puesto de base, hicieron coger un avión al francés Thomas Heurtel desde China con la promesa de un nuevo contrato pero, cuando aterrizó, el movimiento se había caído por una falta de consenso interno. Baches que, unidos a los inesperados ceses de Jasikevicius y Mirotic en 2024, la fallida apuesta de Grimau para el banquillo, los recortes económicos y el millonario fichaje de Willy Hernangómez, han acabado por dejar a ambos sin margen de maniobra.
Cubells y Navarro necesitan un golpe de efecto para aflojar la soga y parece que Xavi Pascual es el hombre elegido. El técnico, que ya conquistó decenas de títulos, incluida la Euroliga, en su primera etapa en el club (2008-2016), estaría cerca de hacerse cargo del equipo, debido a su gran relación con Laporta y a que, desde el verano, está libre tras acabar su contrato en el Zenit ruso. Solo él parece capaz de evitar que el Barça deje de estar habituado a tocar fondo una y otra vez.