Las populares y concurridas habas de las Ermitas de Córdoba
Los cordobeses han vuelto a ser fieles a una cita que cada día destaca más en el calendario festivo
Aunque con carácter festivo, esta tradición tiene un origen religioso, por lo que se ha iniciado con una misa oficiada por el padre Paco Jaén, carmelita descalzo y prior de San Cayetano, a la que ha asistido el alcalde, José María Bellido, junto a otras autoridades.
Esta cita rememora la labor de los eremitas del desierto de Belén: «Las constituciones de los antiguos ermitaños recogían la obligación de dar de comer a los pobres con guisos todos los días, por lo que queremos tener un recuerdo para los que estuvieron en este santo lugar entre 1703 y 1957», ha declarado el presidente de la Asociación Amigos de las Ermitas, Juan Manuel Fernández. Por ese motivo, la Cuesta del Reventón también fue conocida como Cuesta de los Pobres. A todo ello se une la devoción a Nuestra Señora de Belén, a quien se consagró estos templos tras la primera misa celebrada en 1709.
Tras la celebración religiosa, los asistentes procedieron a la degustación de los 300 kilos de habas, que estaban prácticamente terminados para las 13.30 horas. Se han servido en cazuelas de barro hechas por Alfarería San Rafael, de La Rambla. Personas de todas las edades, entre ellas muchas familias enteras, pudieron saborear el guiso cocinado para la ocasión por uno de los mejores restaurantes de la ciudad, Bodegas Campos. Se trata de un plato tradicional con alcachofas, huevo, cebolla y jamón. Ha estado acompañado por vino de Bodegas El Gallo. El pan fue cortesía de la Panadería San Francisco. «Este año ha sido absolutamente desbordante», ha reconocido Juan Manuel Fernández con alegría. La actividad ha estado además amenizada con la actuación del grupo musical Reencuentro.
El presidente de la Asociación de Amigos de las Ermitas ha querido felicitar también los trabajos de la Juventud Protectora de las Ermitas, que se ocuparon de dejar el espacio del Sagrado Corazón en perfecto estado de revista y también son los encargados al terminar de recoger todo. Esta fiesta además se diferencia de otro tipo de actividades en cierto modo similares, como las romerías, en que una vez terminados los platos de habas todo el mundo retoma el camino de vuelta, sin prolongar la jornada en este lugar, catalogado desde el año 2022 como Bien de Interés Cultural en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz.
Fernández ha querido destacar también la mezcla que la cita festiva tiene con la paz que emana de un enclave tan peculiar, dedicada a la espiritualidad y el misticismo, y que llegó a contar en su época de mayor esplendor en cuanto a número de ermitaños, con un total de 40. El último ermitaño fue Juan Vicente de la Madre de Dios, que falleció en 1957, poco después de ingresar en la orden de los carmelitas descalzos.