Arturo Pérez-Reverte define con cuatro palabras a los españoles que rechazan decir «Feliz Navidad»: «Hace falta...»

Aunque en España acogemos todo tipo de fiestas que vengan del extranjero, la Navidad es una de las tradiciones nacionales más populares y seguidas, aunque haya quienes no comparten del todo el motivo y origen de la misma y se unan igual a celebrarla.

De este modo, la manera más habitual de despedirnos en estas fechas es lanzando un '¡Feliz Navidad!' a nuestros familiares, amigos y otros conocidos. Incluso, son muchos quienes mandan este mensaje a través de WhatsApp y de otras redes sociales para felicitar las fiestas.

Se dirige a quienes no felicitan la Navidad

En el lado opuesto están aquellos que prefieren no hacer referencia a la Navidad por su implicación religiosa y prefieren dirigirse a esta época como vacaciones o fiestas de invierno, por ejemplo. Así lo ha contado el escritor y académico Arturo Pérez-Reverte a través de sus redes sociales.

Como suele acostumbrar, utiliza su cuenta de X, antes Twitter, para compartir su opinión sobre diversos temas, a menudo algunos controvertidos, causando todo tipo de pareceres. Respecto a cómo felicitar las fiestas y los nuevos modos de hacerlo, esto es lo que ha comentado Pérez-Reverte: «Ya tenemos en España nueva celebración alternativa para quienes rechazan decir 'Feliz Navidad': 'Feliz Solsticio de Invierno'. Y es que hace falta ser muy gilipollas. O sea, muy de aquí», ha escrito, sin pelos en la lengua.

Los comentarios

Como suele ocurrir con este tipo de publicaciones en redes sociales, han sido varias las personas que se han lanzado a contestar al académico, algunos mostrando estar de acuerdo con ello y otros, discrepando. Estos han sido algunos de los comentarios:

«Feliz Solsticio de Invierno, Arturo»

«Pues como usted don Arturo que también es de aquí»

«Con «Felices Fiestas» no te complicas demasiado la vida y es tan respetable como «Feliz Navidad». A ver si el más de aquí resulta que eres tú»

«Resulta patético intentar ocultar el origen de estas fiestas. Ocultar el conocimiento ancestral que representa el «nacimiento de los días». Una rica tradición pagana, de una sociedad agrícola cimentada en el conocimiento astronómico, reconvertida en un mero ritual cristiano».